Hace
ya algún tiempo escribí un articulo titulado „El aprecio
a la verdad como factor político“, refiriéndome a
la guerra norteamericana contra Irak y los problemas de credibilidad que
enfrentaban el presidente Bush y sus adlateres, Blair y Aznar. (ver Polémica
4).
La verdad, en relación con esta guerra, estuvo muy
mal parada inicialmente, porque era y es atacada por el mayor poder mundial:
el gobierno norteamericano y todos sus aparatos de convencimiento de la
opinión pública internacional: los medios de destruccion
masiva de la verdad. Casi siempre.
Pero yo he creído y creo en que la gente todavía
tiene aprecio por la verdad, y la considera como uno de los principales
valores humanos, y he pensado y pienso que ésta, la verdad, a pesar
del poder que busca siempre corromperla, debilitarla y hacerla desaparecer,
tiene raíces sólidas. Y el riego diario es justamente el
aprecio que muchos sentimos por ella aunque, bien lo sé, es un
caminar dificil, esforzado, complejo. Cada historia personal seguramente
atestiguaría estas dificultades.
Digo, escribo, que la verdad en relación a esta guerra
se abre paso, y hoy por hoy, a un año de su inicio, se presenta
ella casi en todos los medios de comunicación, a pesar de Bush,
Blair y Aznar, aclarando cuestiones esenciales.
La principal es que el régimen iraquí no ha
tenido armas de destrucción masiva, principal argumento para atacar
a un país, a gran parte de un pueblo, y destruir sus principales
riquezas materiales-culturales, incluída su memoria: atacados con
bombas museos y bibliotecas, objetos de vandalismo oficialmente permitido
por los invasores.
Este sitio,
„Las ovejas blancas“ nació con esa guerra y para protestar
contra ella. (Ver Bienvenidos).
Y convencido soy de que una de las brújulas que puede orientarnos
y alumbrar la verdad es la historia. Y no se necesita conocer todas las
historias. Basta con tratar de conocer las diversas interpretaciones que
tiene la historia de nuestro país.
La guerra contra Irak, Afganistán y en general la posición
de muchos gobiernos occidentales respecto de los países árabes
me recuerdan los argumentos empleados por la monarquía de españa
y después por el gobierno de Chile para aniquilar al pueblo mapuche.
El gobierno y el ejército de entonces quemó
y asesinó a nombre de la civilización. Ni mujeres ni niños
fueron excluidos.
La guerra la hicieron primero los españoles para evangelizar
a los bárbaros infieles; después los chilenos contra los
salvajes, los de raza inferior, como escribió Barros Arana. Claro
que el objetivo era usurparles su territorio, como efectivamente ocurrió.
Los aborígenes fueron „reducidos“, y de las tierras
se apoderaron los „criollos“ y colonos extranjeros, europeos
en su mayoría. hasta el día de hoy.
La propaganda y la guerra contra países árabes
es semejante. Se les acusa de atrasados y de terroristas para apoderarse
del petróleo.
¿Y quién dice que EE.UU y Europa son el ejemplo
de la vida civilizada?
Ellos mismos, por supuesto, y convencen a medio mundo con su inmenso poder
aunque las evidencias de lo contrario saltan cada día: un ejemplo,
se ha comprobado en USA que 4 mil curas han abusado sexualmente de niños,
es sólo un ejemplo de como se expresa la cultura occidental y „cristiana“.
¡Dios nos libre! Aclaro, sin embargo, que seguro hay otros miles
que son inocentes.
A muchos „civilizados“ les preocupa el velo, el
panuelo sobre la cabeza y otra manera cultural o religiosa del ser de
esos pueblos. Pero no les alarma la muerte de millones de seres humanos
debido al hambre, o enfermedades remediables. Ni siquiera consideran la
apelación del Papa para que bajen los precios de los medicamentos
contra el Sida. Por ello, a esos políticos no se les puede creer
nada.
Con razón el Premio Nobel de Literatura , José
Saramago, los ha calificado de „monstruos“ cuando recibió
una distinción en México. Y el juez Garzón ha repetido
que actuan al margen de la legalidad internacional: por ejemplo, USA con
esos más de 600 presos en el campo de concentración de Guantánamo,
sin derecho a defensa, ni a proceso. No existe la camara de gas, es cierto,
existen peores presunciones.
El terrorismo que ha surgido en los países árabes,
que obviamente existe, lo han creado los mismos gobiernos que hoy los
atacan. Estados Unidos formó una maquinaria de matar que ahora
no puede ya controlar. Y que Bush, con su política, ha incentivado.
Europa, por su parte, tiene gran responsabilidad con la divulgación
memorial de una representación negativa sistemática de los
árabes bajo el lema de „No pueden representarse a si mismos,
deben ser representados“.
¿Y como los representan?: „En el cine y la television , el
árabe se asocia con la lascivia o con una deshonestidad sanguinaria.
Aparece como un degenerado hipersexual, bastante capaz, es cierto, de
tramar intrigas tortuosas, pero esencialmente sádico, traidor y
vil. Comerciante de esclavos, camellero, traficante, canalla subido de
tono: estos son algunos de los papeles tradicionales que los árabes
desempenaban en el cine“. (Said, E. Orientalismo)
El gobierno de Sharon también utiliza estas representaciones
para matar niños y mujeres palestinos. Ninguna persona honesta y que ame
la verdad puede dejarse chantajear por el sionismo que se escuda en el
antisemitismo para justificar atrocidades. Un niño palestino o
judio tienen el mismo derecho a la vida.
Tampoco nadie honrado puede no ver el colonialismo israelí que
se expresa en excavadoras, tanques, helicoperos, aviones de combate...Y
sin embargo todo ese poder no puede controlar ni derrotar a los palestinos,
considerados, quizas, raza inferior porque no se les permite constituirse
en Estado. En todo caso no son considerados como iguales, obviamente.
Cuando
Hans Blix puso término al trabajo de su equipo de la ONU en la
búsqueda de armas de exterminio masivo en Irak, dijo no haber encontrado
evidencias. No alcanzó a finalizar su misión porque irrumpió
la guerra.
En ese entonces Blix no dijo mucho más, porque la verdad estaba
casi proscrita por el movimiento prebélico. Al presidente Bush
no le interesaba la verdad, sino realizar su obsesión de atacar,
derrocar a Sadam, y apoderarse del país y, naturalmente, del petróleo.
Hans Blix no dijo mucho en ese entonces, pero era notorio
su malestar. Pero a medida que el montaje de Bush se ha erosionado y ha
devenido en pudrición, resuenan más voces de protagonistas
de primera fila, entre otras la del ex-jefe de buscadores de armas.
A mediados de marzo publicará Hans Blix, su libro sobre
la situación previa a la guerra. En una entrevista a un programa
de la televisión española ha adelantado algo. Dijo que aquella
exposición de Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU,
presentando evidencias sobre dichas armas, fue „un gran show“.
Por ejemplo, Powell afirmó allí que los laboratorios
móviles, respecto de los cuales presentó fotos y videos,
eran descontaminantes de armas químicas, cuando eran, en la realidad,
dijo Blix, para potabilizar el agua. Nosotros teníamos razón,
y ellos estaban equivocados, aseveró el ex.jefe de la misión
de la ONU. Las evidencias de la existencia de las armas que habían
encontrado, no eran ciertas.
El montaje norteamericano ha sido tan burdo, con tanto agravio para nuestra
condición de homo sapiens, que el mismísimo jefe de los
equipos de busquedas de armas de exterminio, nombrado por Bush, también
ha renunciado. David Kay afirmó que cumplido el 85% del trabajo
no se encontraron armas de destruccion masiva. Y responsabilizó
a los servicios secretos norteamericanos de aportar datos erróneos.
El director de la CIA ha debido responder oficialmente que
„nunca dijeron que Irak representaba una amenaza inminente“.
En conclusión, todos ahora dicen que Irak no tenía
ni tiene armas de destruccion masiva, y esa fue la causa para atacar y
destruir a Irak, por Estados Unidos, Inglaterra y el gobierno de españa,
que no hay que confundir con la mayoría de los españoles que se
pronuncia contra la guerra.
Hasta
el peor balancista, a un año de la guerra, no puede menos que concluir
que ella ha traído a la población de Irak inestabilidad
, destrucción, muertes. Un gran dolor.
El único éxito que puede exhibir USA es que
está logrando que iraquíes se maten entre ellos. En ese
viejo guión de atizar divisiones en pueblos siempre ha tenido éxito.
Coreanos se mataron entre ellos, hoy dos Coreas; EE.UU. logró que
vietnamitas del Sur se pelearan con los del Norte, dividió el país,
pero igual fue derrotado. En Yugoeslavia hizo madurar diferencias hasta
transformarlas en antagonismos y odiosidades perpetuas. La guerra de Clinton
era sólo contra Milosevic, pero hoy pagan todos los serbios, pues
atrasó el país en décadas. Afganistan es otra olla
de grillos.
Detrás de Bush está una ideología que
aspira a la hegemonía mundial y adelante los negocios. Pero esta
política tiene detractores. Estos se sienten obligados a actuar
y a decir ante esta nueva realidad de guerras, confrontaciones con Europa
y descrédito internacional.
Pues es un hecho que a partir del gobierno de Bush la población
de Estados Unidos vive con el alma en un hilo, de alarma en alarma, una
veces más grave, otras menos. Ese balanceo emocional de grados
de alarma por eventuales ataques terroristas a un pueblo y un país
es una afrenta nacional y tendrá consecuencias, seguramente nefastas
para un país que ya presenta síntomas alarmantes.
También con Bush el mundo es menos estable, hay más
tensión que distensión. La falta de respeto y la violación
de las normas internacionales de convivencia tienen efectos perniciosos
que a todos nos afectan. Sólo reconforta pensar y sentir que Bush,
Aznar y Blair ganan en desprestigio, perderán el poder porque el
afecto a la verdad opera como factor político. Surgen alternativas.
Siempre otro mundo será posible.
Miguel
Gómez S.
última semana de febrero
|