vuelve a la ultima polemica

   

19-04-2003

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polémica / 1


    En estos días, al término de la más reciente guerra, que destruye seres humanos y castiga al planeta tierra, recordé que en Chile, cuando los soldados realizaban allanamientos masivos, además de golpear, detener y llevarse a la gente hacia direcciones desconocidas, se robaban todo lo que tuviera valor: dinero, joyas y otros objetos valiosos. Eso ocurrió cuando se entronizó, mediante golpe de sangre, la dictadura militar de Pinochet.
El saqueo del museo arqueológico, el incendio de la biblioteca y de otros recintos culturales iraquíes nos vuelve a mostrar el mismo rostro y la misma determinación: la guerra es la barbarie. Aparte de los muertos, la destrucción material, más de 150 mil piezas culturales fueron robadas.
Y recordé también a mi profesor de historia del liceo, el senor Peters,un hombre de apariencia europea, el cual nos enseñó a admirar la historia de la Mesopotamia, ese valle regado por los ríos Tigris y Eufrates, escenario ayer de culturas milenarias, (Babilonia, Nínive, etc) , teatro de operaciones militares devastadoras hoy.
Esta guerra no sólo trajo destrucción y muerte sino el saqueo de la memoria cultural del pueblo iraquí. Un golpe brutal a su historia y a su identidad. Y no sólo a ellos, todos nosotros hemos perdido algo de esas raíces, porque esa cultura pertenece a la historia de la humanidad. Y ese militar que invadió ese país para atacarlo es la prolongación armada de los políticos actualmente en el gobierno. De ambos gobiernos, por supuesto, aunque ahora muchos son de la opinión de que Bush es mil veces más peligroso que Sadam.
Toda persona en sus cabales sabe que ha sido una guerra ilegal, al márgen de la ONU. Y eso me hizo asociarla, de nuevo, a mi país: cuando en Chile la democracia no sirvió a la derecha, ésta mató y sepultó a la democracia. Hubo funeral nacional, más de 3 mil muertos, centenares de miles de detenidos, torturados, exiliados, etc.
Y puede ocurrir, hoy o manana, que si la ONU no sirve los intereses del o los países dominantes, éstos países maten y sepulten a la ONU. Sería con funeral mundial.
Lo que no podrán sepultar serán algunos mandamientos ( los de validez universal, no los estrictamente religiosos ni tampoco los endosados) y los 30 artículos de la declaración universal de los derechos humanos. Ese es el único papel al cual podemos agarrarnos para que no vivamos bajo el imperio de un fascismo mundial.
La coalición que apoya esa declaración es la más grande del planeta, parte de ella estuvo en estas concentraciones en contra de la guerra, por el derecho a la vida, artículo primero. Pero, atención, estar con la declaración no es equivalente a estar con la ONU. Esta es un organismo político, objeto de esa morbosa fascinación por el poder, y, obviamente, puede quedar en manos de mayorías políticas mediocres, militaristas o qué se yo. No, toda organización política es corruptible. Es una regla.
Es lo mismo que sucede con los partidos políticos u organizaciones religiosas, sociales, y qué decir de las económicas. Todas son centros y objetos de la lujuria por el poder. Por eso están en crisis. Lo primero que corrompe el poder de la política es la verdad. Verdad y Política a veces andan juntas, muchas veces se separan, se alejan, se odian, y hasta buscan aniquilarse. Es una dialéctica malsana.
Pero, atención, eso no significa que piense que los partidos políticos debieran desaparecer. No se trata de eso, si no hay gobierno, ni estado, ni organizaciones pasa lo que sucedió en Bagdad y otras ciudades iraquies cuando entraron los invasores. Los únicos que tienen posibilidades de sobrevivir son los que están armados. Imagínense ustedes Nueva York algunos días sin gobierno ni estado. Talvez los yanquis ya hicieron la película.
Como muchos de ustedes pienso que es ingenuo el creer que la guerra entre EE.UU. y el mundo árabe ha terminado. Mundo árabe, digo. Al márgen de los gobiernos o dinastías árabes existe el árabe común, ese no olvida la humillación, el dolor. Habrán quienes organicen esa humillación y ese dolor y ataquen. Por eso afirmo rotundo: mi seguridad no tiene nada que ver con la seguridad de Estados Unidos. Personalmente nunca invadí, ni maté a nadie. No debe confundirse mi seguridad con la del país del norte. Ni por supuesto la seguridad de ese país con la seguridad mundial. Na que ver. Ese es el disparate más común: Pinochet siempre quiso identificarse él mismo y su gobierno con todo Chile.
Nunca lo logró.

Pero atención: hay chilenos que temen, porque en su tiempo también Chile fue invasor al llevar la guerra más allá de sus fronteras. Sobretodo la primera guerra, la de Portales, la cual algunos historiadores la califican de „guerra preventiva“ y que tuvo, como uno de sus efectos, digo yo, que se diera el vamos a la separación nuestra, como país, de los países hermanos latinoamericanos. Desde entonces se puso en vivero el mito de „ser diferente“. En todo caso esas humillaciones y dolores no se olvidan. Tampoco los chilenos olvidan sus muertos. Por eso entendí que el jefe de Los Prisioneros dijera en Perú que a veces sentía verguenza de ser chileno. He sabido que hay turistas chilenos que visitan esos países y ocultan su identidad para ser bien atendidos. Las efectos de las guerras quedan. Son lo más difícil de borrar. Si todavía recordamos como si fuera ayer la guerra de las fuerzas armadas contra la mitad de los chilenos.

Vean si no lo que sucede en Europa. En este continente se han hecho guerras los unos con los otros. Exacto, ha habido etapas en que han aplicado con furor ese odiaos los unos a los otros. Y ahora se unen 25 naciones en la Unión Europea. Bajo las sonrisas para las fotos impera, sin embargo, el miedo. Polonia teme que lo que los alemanes no pudieron con la guerra lo logren mediante el capitalismo desarrollado: el dominio del país. Chequia también teme, y del otro lado hay miedo a la invasión de la mano de obra barata que desplace del mercado del trabajo a los nacionales.
Los nacionalismos están vivos en Europa. Y siempre existirán quienes traten de canalizarlos para peores causas. He escuchado a europeos maldecir a Espana, que ha alcanzado los niveles económicos de hoy debido al dinero y trabajo de otros Estados europeos, porque Asnar alineó a ese país con Estados Unidos. Ni siquiera el postulante Turquía cayó tan bajo. Menos mal que más del 90 por ciento de los espanoles sacaron la cara pacifista, con gran dignidad.
Pero otros europeos muerden a Francia porque creen que funciona sólo para sus egoistas intereses nacionales. Lo único seguro que tiene Europa, en este momento, es su unidad monetaria y una historia, muchas veces, espantosa.
La unidad política tal vez la logren, primero bajo principios, y después con estructuras orgánicas. Pero esa unidad política estará siempre bajo la dependencia de qué partidos políticos se hagan con el poder. Correlacion de fuerzas se llama. Pero, ojo, tampoco es una receta, la política es escurridiza, flexible y merece mucho estudio. Porque hoy por hoy los más antinorteamericanos en Europa, con discursos que suscribirían hasta comunistas, son un conservador consumado y un derechista consumado: Chirac y Haider. Paradojas, no debemos olvidarlas nunca.
A propósito, no creo en el discurso de que la situación internacional justifica ejecuciones sumarísimas como aconteció en Cuba como consecuencia del secuestro de un barco con más de 50 pasajeros. Ni la „situación internacional“ ni el „contexto“ pueden avalar violaciones a los derechos humanos. Creo en la amistad y el afecto sincero, derecho. Ni el carino ni la amistad pueden realizarse a costa del sacrificio de la justicia y de la verdad. De eso hemos tenido y tenemos ya bastante. La declaración universal de los derechos humanos será la única divisoria humana., base del nuevo „sujeto histórico“.
En suma, si alguien busca mi registro, éste es personalísimo.
Retorno, sí, pero a la correlación de fuerzas. Es claro que Bush no contó con una correlación política favorable para realizar su guerra. No logró comprar, convencer ni siquiera a los no permanentes del Consejo de Seguridad, entre ellos Chile y México. Es cierto, Lagos estuvo en las cuerdas, Boenninger vendía la dignidad , pero el núcleo ideológico duro del gobierno pensó que no se puede traicionar todo. Sin embargo, aunque Bush no tuvo mayoría política tuvo una aplastante fuerza militar. No hay que olvidar que ese país posee la más eficiente industria de guerra, y una industria para mantenerse necesita funcionar, o sea hacer la guerra. No se necesita ser para avisorar las próximas guerras.

   En suma, el títuto convocatorio a leer, es „En qué creer“. De eso vamos a tratar la próxima vez. Entretanto puede desde ya polemizar. Escriban.