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Es posible que usted, estimado lector/a
se pregunte porqué me ocupo en esta sección de lo que hace
y dice el gobierno de EE.UU., preferentemente. La razón es aterradora:
creo que vivimos el intento de un país poderoso para dominar al
mundo, atropellando la precaria legalidad internacional, y utilizando
todo su poder y todos los medios, la guerra incluso. Esta es una tendencia
puesta a toda marcha por el presidente Bush.
Hace 60 anos otro país y otro führer, en Europa, pretendieron
lo mismo arrastrando al mundo a la peor hecatombre del pasado siglo. Por
eso el adjetivo aterrador no es exagerado. Es necesario despertar del
sueño en que yacen millones de personas manipuladas por los medios
masivos de destrucción de la verdad.
Esas personas suenan el mundo de la televisión que ofrece autos,
casas, chicas, electrodomésticos y otros placeres que dos tercios
del planeta jamás tendrán, porque lo que tienen es hambre,
provocándoles, como consecuencia, frustración, agresividad,
odios, trastornos y muerte. Sueñan y muchos ya viven y actúan
acordes con las peliculas que ofrece Hollywod caracterizadas por la violencia,
muchas veces inaudita; suenan y juegan las guerras en el computador para
familiarizarse con las verdaderas, aquellas que traen destrucción
y matanzas; entretanto los nuevos conductores aparecen en sus medios de
comunicación ceeneene como los defensores de la libertad y la democracia
que empiezan a horadar por doquier.
Los medios de comunicación devienen en droga y los gobiernos que
las administran, aprovechan ese sueno placentero de nosotros, multimediovidentes,
para buscar establecer su imperio.
Pero a esos conductores no les resulta tan facil, porque disponen algunos
supuestos falsos. El principal es que lo que hace y dice EE.UU. es una
afrenta a la inteligencia de cualquiera persona normal. Y esa es la debilidad
de ese gobierno y de su aliado más próximo, Gran Bretaña.
Menospreciar, digo, la capacidad crítica de la gente. A pesar de
todo.
Algunos de los supuestos mencionables son: creer que pueden manipular
con un reduccionismo dualista empobrecido. Afirmar nosotros somos los
buenos, allá están los malos, como en una ridícula
película norteamericana, sin las complejidades presentadas por
un director talentoso.
Creer que somos todos necios, una humanidad manejada históricamente
por Europa y ahora por Estados Unidos. O por ambos. Somos seres despreciables,
tanto que nos pueden enganar de la manera más primitiva.
Sin embargo, los gobiernos norteamericano y británico, basados
en esta presuncion falsa, enfrentan ahora, poco a poco, la verdad. Y ésta
está poniendo sobre nuestra mesa un elemento que tiene una gran
importancia ética. Ese factor es la falta de credibilidad norteamericana
y británica.
Han mentido a propósito de la guerra contra Irak, no hay ni ha
habido armas de destruccion masiva, ni EE.UU ni Inglaterra han estado
amenazados por un inminente ataque atómico.
„La credibilidad estadounidensense en el mundo ha sido muy danada“
dice el ex funcionario de gobierno, Zbiegniew Brzezinski, que por su propia
experiencia mucho sabe de estas cosas.
Es así. Yo no puedo creer a la senora Rice cuando dice que Irán
está preparando bombas atómicas y por eso el gobierno norteamericano
alienta y financia grupos internos para que desestabilicen ese país,
así como hicieron, en su tiempo, con el nuestro, Chile, cuando
Allende era Presidente.
Son tan brutales las formas políticas que se emplean que incluso
el aliado eterno, Gran Bretana, dice en una declaración de su ministro
de asuntos exteriores, Jack Straw, que „el cambio de régimen
en Irán no forma parte de la política de su majestad“.
Pero ha formado parte de la política de su majestad la mentira
si le creemos a ellos mismos. La ex-ministra británica, Clare Short
dijo en la investigación parlamentaria sobre esta guerra que Blair
mintió a sus electores, a legisladores e incluso a sus ministros.
Uno de ellos, Robin Cook, afirmó que no existe evidencia de la
existencia de armas biológicas en Irak.
El buen criterio, esto es repudiar la mentira, la estableció la
BBC en su encuesta realizada en 11 países pues comprobó
que el 56 por ciento se manifestó contra el ataque de EE.UU. al
país árabe.
Y este elemento, la conmocion que puede producir el danar la verdad, es
de una importancia vital para la sobrevivencia.
El hecho de que sea el dano muy grande para EEUU al perder credibilidad,
nos dice algo más importante: la humanidad aprecia la verdad.
Esta formulación tiene un valor increíble, y no puedo sino
agradecer que me educaron en el afecto a la verdad. Mientras a todos nos
digan lo mismo, y nosotros digamos lo mismo, habrá siempre esperanzas.
No se trata de entonar un bolero, es cebolla genuina, no genética.
Son mis sentimientos. La verdad hay que cuidarla desde la cuna. Si la
estimamos y aún más si llegamos a quererla, a pesar de nuestras
debilidades y caídas, sobreviveremos toda acechanza. Bien dificil,
cierto. Tratar es ya un mérito.
El afecto hacia la verdad, hacia la justicia, y a otros valores superiores
une a los que creen en los mandamientos y en los que nos apoyamos en el
núcleo de la declaración universal de los derechos humanos.
Por eso no me extraña que en Bélgica hayan sido acusados
de crímenes de guerra el presidentre Bush, el jefe del gobierno
británico, Tony Blair, y otros prominentes funcionarios
Pero,
ojo, no vaya a creer usted, amiga/o, que vamos a aplicar el esquema al
revés, sería un malentendido, no, definitivo, no creo que
EE.UU. y Gran Bretana son los malos y los demás los buenos. La
realidad es matizada, compleja.
No puedo dejar de admirar la reacción que se está produciendo
en esos países en favor de la verdad. Me saco el sombrero ante
intelectuales y artistas que tuvieron la valentía de decir No cuando
el gobierno y la mayoría de los norteamericanos decía Sí
a la guerra.
Y tienen razón en Inglaterra los que acusan a Tony Blair de haber
utilizado las mismas técnicas de propaganda de las cuales abusó
Sadam Husein. Porque se ha comprobado que el informe de „inteligencia“
que presentó este primer ministro, para justificar la guerra contra
Irak, reproducía párrafos textuales de un antigua tesis
escrita por el académico norteamericano, Ibrahim al Marashi. Blair
tiene también un problema de credibilidad, ha mentido. Así
de simple.
En EE.UU. los democratas exigen una investigación sobre el uso
o abuso de los informes de inteligencia presentados por la CIA. El diario
Washington Post y otros traen a la superficie informaciones de agentes
secretos sobre la manipulacion de informes.
La revista Time publica un reportaje con declaraciones de oficiales del
Pentágono. Un oficial no identificado aseguró que el Donald
Rumsfeld, secretario de defensa, estuvo distorsionando profundamente los
datos sobre Irak „casi de forma patológica“.
La legislación belga permite iniciar procesos contra personas,
incluso extranjeras, por denuncias de crímenes de guerra. En Bruselas
están acusados por esa causa Bush, Blair, el vicepresidentre de
EE.UU., David Cheeney, Colin Powell, el general Franks, y otros norteamericanos
prominentes.
Por eso el ministro de defensa, Donald Rumsfeld ha expuesto sus dudas
de si funcionarios norteamericanos de alto rango podrán seguir
visitando organizaciones internacionales en Bélgica. Solución
rumsfeldesca: no aportarán ni un dólar más para la
construcción de la nueva sede de la Otan en Bruselas. Colin Powel
exige el cambio de las leyes en Bélgica. Verosímil.
Así como muchos comprendemos que, efectivamente, pueden esos altos
cargos ser acusados de crímenes de guerra, (más de 3 mil
civiles muertos en Bagdad, según AP), ninguna persona normal comprende
porqué los soldados norteamericanos que actuan fuera de sus fronteras
no pueden ser juzgados por la Corte Penal Internacional.
Este Tribunal Penal Internacional, presidido por un argentino, fue creado
para tratar actos de genocidio, crímenes de guerra, o crímenes
contra la humanidad. Estados Unidos y otros países no reconocen
este tribunal y ha logrado obtener en la Unión Europea un nuevo
ano de inmunidad. Pero la gente no puede comprender el doble rasero: un
soldado francés o italiano puede ser juzgado, uno norteamericano
no. Excesivo, sin duda.
Son
muchos los que rechazan esta política. Uno de ellos es Michael
Moore, norteamericano, director del documental ganador del Oscar, „Bowling
for Columbine“. El criticó a Bush y la guerra no sólo
en la ceremonia, cuando recibió el Oscar. Después ha escrito
sobre el tema. Puede usted leer uno de sus textos obtenido de http://antroposmoderno.com/.
donde hay escritos de gran interés:
Queridos
amigos:
Parece que la administración Bush tendrá éxito
en colonizar Irak. Esto es una gran fantochada que pagaremos en los
años venideros.
http://www.documentalistas.org.ar/internacional.shtml
Movimiento
de Documentalistas - Argentina - 2002
No
valió una sola vida de un chico norteamericano en uniforme, sin
mencionar los miles de iraquíes que han muerto. A ellos se elevan
mis condolencias y rezos. Así que, ¿dónde están
todas esas armas de destrucción masiva que eran el pretexto de
esta guerra? ¡Ja! Hay mucho para decir sobre esto, pero me lo
guardo para después.
Lo que más me preocupa ahora es que todos ustedes, la mayoría
de los estadounidenses que desde el primer momento no apoyaron esta
guerra, se callen o sean intimidados por lo que se venderá como
una gran victoria militar. Ahora, más que nunca, las voces de
la paz y la verdad deben escucharse.
Recibí un montón de cartas de personas que sienten una
profunda desesperanza y creen que sus voces han sido ahogadas con los
tambores y bombas de falso patriotismo. Algunos temen una venganza en
sus trabajos, escuelas o vecindarios porque defendieron la paz en voz
alta. Les han dicho una y otra vez que no es \"apropiado\"
protestar una vez que el país está en guerra y que ahora
su único deber es \"apoyar a las tropas\". ¿Puedo
compartir con ustedes lo que ha sido mi vida desde hace dos semanas,
cuando usé mi tiempo en el escenario de los Oscar para hablar
contra Bush y su guerra? Espero que, al leer lo que les voy a contar,
se sientan con más coraje para hacerse escuchar en cualquier
medio o foro al que puedan entrar. Cuando Bowling for Columbine fue
anunciada como ganadora del Oscar por Mejor Documental, el público
se puso de pie. Fue un gran momento, uno que siempre atesoraré.
Estaban parados y aplaudiendo una película que afirma que los
estadounidenses somos gente violenta que usa sus arsenales para matarse
entre sí y usarlos contra muchos países del mundo. Estaban
aplaudiendo una película que muestra a George W. Bush usando
miedos ficticios para asustar a la gente y hacer que hagan lo que él
quiera.
Y estaban honrando una película que afirma lo siguiente: la primera
guerra del Golfo fue un intento de reinstalar al dictador de Kuwait.
Saddam Hussein se armó con las armas de Estados Unidos y el gobierno
estadounidense es responsable de la muerte de medio millón de
chicos iraquíes durante la década pasada a causa de sus
bombardeos y sanciones. Esa era la película que estaban aplaudiendo,
la película que votaron y por eso decidí decir lo que
dije en mi discurso. Y esto es lo que dije en el escenario de los Oscar.
\"En nombre de nuestros productores Kathleen Glynn y Michael Donovan
(de Canadá), me gustaría agradecer a la Academia por este
premio. He invitado al resto de los nominados por documentales a subir
al escenario. Están acá en solidaridad conmigo porque
nos gusta la no ficción. Nos gusta la no ficción porque
vivimos tiempos ficticios. Vivimos en una época donde los resultados
de una elección ficticia nos dan un presidente ficticio. Ahora
estamos librando una guerra por razones ficticias. Ya sea la ficción
de la cinta aisladora o las ficticias ?Alertas naranjas?, estamos contra
esta guerra, señor Bush. Qué vergüenza, señor
Bush. Y cada vez que el Papa y las Dixie Chicks estén en contra
suya, su tiempo se terminó.\" En la mitad de mi comentario,
algunos de la audiencia empezaron a alentarme a los gritos. Inmediatamente
eso disparó los chiflidos de la gente del palco. Entonces los
que apoyaban mis palabras empezaron a callar a los que chiflaban. El
diario Los Angeles Times informó que el director de la transmisión
empezó a gritarle a la orquesta \"¡Música!
¡Música!\" para callarme. Así que la banda
empezó a tocar y mi tiempo se había terminado. (Para leer
más sobre por qué dije lo que dije, pueden leer la columna
de opinión que escribí para el L. A. Times y las reacciones
en el país en mi sitio de Internet.) Al día siguiente
-y desde hace dos semanas-, los eruditos de derecha y los opinólogos
de la radio han estado pidiendo mi cabeza. Así que, ¿todoesto
me lastimó? ¿Consiguieron \"silenciarme\"? Bueno,
echemos un vistazo a mi \"reacción\" en los Oscar:
El día después de criticar a Bush y a la guerra en los
premios Oscar, la concurrencia a los cines del país para ver
Bowling for Columbine subió en un 110 por ciento (Fuente: Daily
Variety/BoxOfficeMojo. com). La semana siguiente, la ganancia en boleterías
subió a un 73 por ciento (Variety). Es el lanzamiento comercial
con más tiempo en cartel de Estados Unidos: 26 semanas consecutivas
y todavía vamos por más. El número de cines que
la exhiben se ha incrementado desde los Oscar y ha mejorado el record
anterior de taquilla en documentales en un 300 por ciento aproximadamente.
Ayer (seis de abril), Hombres blancos estúpidos se disparó
al primer lugar de la lista de bestsellers del New York Times. Hace
50 semanas que mi libro está en la lista, ocho en el primer lugar
y esto marca su cuarto retorno a la primera posición, algo que
casi nunca ocurre. En la semana después de los Oscar, mi sitio
en Internet recibió entre 10 y 20 millones de visitas por día
(¡un día tuvimos más visitas que la Casa Blanca!).
Los e-mails que recibimos fueron de apoyo y abrumadoramente positivos
(y las cartas de odio han sido desopilantes). Los dos días que
siguieron a los Oscar, la gente encargó más videos de
Bowling for Columbine en Amazon. com que el video de la ganadora por
Mejor Película, Chicago. La semana pasada conseguí financiación
para mi próximo documental y me han ofrecido un espacio televisivo
para hacer una versión actualizada de \"TV Nation/La horrible
realidad\". Les cuento todo esto porque quiero contraponerlo al
mensaje que nos repiten todo el tiempo: que si expresamos nuestra opinión
política, lo vamos a lamentar. Nos va a lastimar de alguna forma,
generalmente en términos financieros. Podés perder tu
trabajo. Otros tal vez no te contraten. Vas a perder amigos, etcétera,
etcétera. Tomemos el ejemplo de la banda de country Dixie Chicks.
Su cantante principal mencionó lo avergonzada que estaba porque
Bush creció en Texas, el estado donde ella nació. Estoy
seguro de que habrán oído que su record de ventas se ha
\"hundido\" y las radios country están boicoteando
su música. La verdad es que sus ventas no bajaron. Esta semana,
luego de los ataques, su disco sigue en el primer puesto del ranking
de música country de la revista Billboard y, según el
semanario Entertainment Weekly, subieron del puesto seis al cuarto en
los charts pop durante los bombardeos. En el New York Times, Frank Rich
informa que trató de conseguir una entrada para cualquiera de
los próximos recitales de las Dixie Chicks pero no pudo porque
están agotados. (Para leer la columna de Rich en el Times, \"Bowling
for Kennenbunkport\", vayan ahí. Hace un buen trabajo hablando
sobre mi próximo film y el impacto que podría tener.)
Su tema \"Soldado en viaje\" (una hermosa balada antiguerra)
fue la canción más pedida en Internet la semana pasada.
Nadie las lastimó. Pero eso no es lo que los medios les van a
hacer creer. ¿Por qué? Porque ahora no hay nada más
importante que mantener calladas las voces de los disidentes y aquellos
que se animarían a hacer una pregunta. Y qué mejor forma
que derrumbar a un par de artistas famosos con un montón de mentiras
para que el Juan o Juana del montón reciba el mensaje bien claro:
\"Guau, si le pueden hacer eso a las Dixie Chicks o Michael Moore,
¿qué me podrían hacer a mí?\". En otras
palabras, cállense, carajo. Y eso, amigos, es el eje del film
por el que me gané un Oscar: cómo esos que están
en el poder usan el miedo para manipular al público para que
haga lo que le dicen. Bueno, ahora, las buenas noticias -si es que esta
semana puede haber alguna buena noticia- es que no sólo otros
ni yo hemos sido silenciados, sino que millones de norteamericanos que
piensan igual que nosotros se nos han sumado. No dejen que los falsos
patriotas los intimiden fijando la agenda o el debate. No se dejen ganar
por las encuestas que muestran que el 70 por ciento del público
está a favor de la guerra. Recuerden que estos norteamericanos
encuestados son los mismos chicos (o los hijos delvecino) que han sido
enviados a Irak. Tienen miedo por las tropas y han sido intimidados
para apoyar una guerra que no querían. Y mucho menos querrán
ver a sus amigos, familiares y vecinos cuando lleguen a casa muertos.
Todos apoyamos que las tropas vuelvan sanas y salvas y todos necesitamos
decirlo y hacer que sus familias lo sepan. Desafortunadamente, Bush
y Compañía todavía no terminaron. Esta invasión
y esta conquista los animará a repetirlas nuevamente en otro
lugar. El verdadero propósito de esta guerra fue decirle al resto
del mundo: \"¡No te metas con Texas. Si tenés lo que
queremos, vamos a ir a sacártelo!\" Para la mayoría
de nosotros éste no es el tiempo para creer en un país
pacífico y callado. Háganse escuchar. A pesar de lo que
han conseguido, éste aún es nuestro país.
Sinceramente,
Michael Moore
www.michaelmoore.com
*
Ganador del último Oscar al Mejor Documental por su película
Bowling for Columbine.
segunda mitad de junio, 2003 |