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         Como era predecible los mapuche han dado un  nuevo paso para hacer realidad sus demandas al inscribir en el registro  electoral el partido Wallmapuwen, que se traduce como Compatriotas del País  Mapuche. Actualmente se encuentran reuniendo firmas  de afiliados para legalizar el primer partido autonomista mapuche en las  regiones de La Araucanía,  Los Lagos y  Los Ríos.
 Digo nuevo paso porque para cualquier  observador corriente de los procesos que vive el pueblo mapuche es evidente que  representan un factor político en ascenso.
 Ya existen numerosas formas de agitación y  divulgación de sus demandas en medios escritos, radio, revistas y prensa,  especialmente en Internet.
 El partido autonomista en formación  representa a un sector del pueblo mapuche. Tiene vínculos con partidos  políticos de otras naciones donde se dan situaciones parecidas: minorías que  son oprimidas por estados que pretenden hacer primar la homogeneidad sobre la  heterogeneidad mediante la fuerza legal, policial, militar.
 A nivel académico destacados antropólogos  reflexionan colectivamente sobre la cuestión mapuche y buscan formular vías de  comprensión de esta realidad y de posibles soluciones.
 Naturalmente que el factor mas importante  es el de los propios mapuches que conforman una intelectualidad que delibera  entre si o en intercambio con académicos chilenos.
 El ejército ya se ha imaginado un escenario  de rebelión mapuche, pero con soluciones militares. En alguna medida la  presencia del factor policial militar ya se encuentra operando en la Araucanía.
 La llamada clase política ha sido incapaz  de comprender cabalmente y de elaborar un plan de largo alcance para encarrilar  el conflicto sin que el país sufra inestabilidad ni los mapuches nuevos  sufrimientos.
 Esta falla de los partidos políticos  significa, entre otras cosas, que el chileno medio no tenga conciencia exacta  del maltrato del Estado chileno hacia los mapuches. Es una falta de ignorancia  y de interés.
 Los principales opositores a considerar las  demandas mapuche  son los partidos de la  derecha. Porque ellos son la descendencia de los partidos que en la segunda  mitad del siglo XIX realizaron la guerra de conquista. En esos partidos militan  los que recibieron del Estado y/o usurparon la tierra mediante compras  fraudulentas. Este espectro es reconocible. El Mercurio ayer y hoy los  representa.
 Los gobiernos y el ejército realizaron en  la segunda mitad del siglo XIX la conquista de las posesiones mapuche mediante  el engaño de que encarnaban la civilización contra la barbarie. Esta dicotomía,  sobre todo en la guerra, es mas falsa que Judas. Testigos de ese período y los propios  informes militares demuestran que los chilenos se comportaron con la misma o  peor barbarie de la cual acusaban a los indígenas.
 Los testimonios, ante todo de extranjeros  que en ese periodo visitaron la   Araucanía, describen de una manera distinta a como  representaron a los mapuche los gobiernos de turno.
 Está suficientemente probado que los mitos  de que el indígena era salvaje por naturaleza, y que la civilización encarnaba  a Dios o estaba inspirada por la Divina   Providencia eran y son invenciones religiosas o ideológicas,  en este caso destinadas a legitimar la conquista de la tierra.
 La   Araucanía fue conquistada para  reafirmar las fronteras y para apoderarse de la tierra. La argumentación de la  época fue funcional a esos objetivos. Respecto de los medios, se emplearon  todos, no hubo fronteras, porque la orden era hacer el mayor daño posible. Y el  mayor daño representó el asesinato, el quemar las casas y rucas, las sementeras  y los acopios y apoderarse de los vacunos y caballares. En cuanto a las ovejas,  como no podían arrearlas, simplemente las mataban.
 El propio coronel Gregorio Urrutia sostenía  a comienzos de la década del ochenta, tras lo peor de la guerra, que los indios  estaban muy pobres. Habían reducido sus tierras y carecían de la carne que era  parte fundamental de su alimentación. Sostuvo que los habitantes indígenas de la Araucanía no  sobrepasaban los 50 mil individuos.
 La situación de los mapuche es comparable a  la de otros pueblos que han sido forzados a perder la memoria, a olvidar. Con  el pretexto de la civilizarlos gobiernos y ejército ejecutaron guerra. Y los  colonos y  nuevos propietarios  prosiguieron esa guerra mediante abusos. Todo el Estado colaboró en esta  opresión. La avidez por las posesiones mapuche justificó todo, hasta el día de  hoy.Al mismo tiempo los gobiernos intentaron  borrar las huellas. Se construyeron nuevos estereotipos dirigidos al menoscabo  de este pueblo. Se impuso la discriminación racista, social y económica. Chile  obró como poder nuevo poder colonial opresor.
 Con gran cinismo el poder consagró a los  araucanos que lucharon contra los españoles, usurpando sus nombres, mientras  ocultó a los héroes mapuche de la guerra contra el gobierno y el ejército  chilenos.
 Por eso, una de las tareas que han  emprendido los mapuche, es la recuperación de la memoria. El nuevo partido  político autonomista Wallmapuwen lo dice:
 “La memoria es un arma  muy poderosa en manos de un pueblo, porque permite recordarle quién es y proyectarse al futuro, tomando los elementos  del pasado, pero también asumiendo los desafíos del presente.  Esta debe ser la base de Wallmapuwen para la conquista de nuestros objetivos como pueblo, que no es otro que  ejercer nuestro derecho a autogobernarnos. El derecho al  autogobierno, a decidir por nosotros mismos nuestro destino, es un derecho humano  inalienable que como Pueblo-Nación tenemos.”
 El partido mapuche autonomista  llama a los chilenos amigos a que los apoyen, pues su acción no está dirigida  en contra la población chilena de estas regiones. Así lo dicen:
 “Por otra parte, un  Wallmapu autónomo no es solamente un proyecto para los mapuches. Nosotros  sabemos lo que es sufrir la discriminación, por lo que en ningún caso se trata  de un proyecto dirigido contra la población chilena local. No es un proyecto de  exclusión, sino una invitación a construir juntos. El Wallmapu es el país de  todos los mapuches y de quienes han nacido y viven en él.”
 Y enfatiza:
 “Nos asiste el derecho de conquistar aquellos derechos conculcados y demandados por el movimiento mapuche durante décadas. Nosotros ya no  queremos quedarnos en la demanda, queremos pasar a la acción. Hay que exigir esos derechos,  pero también construir un camino hacia su ejercicio. Wallmapuwen es una de las varias vías o estrategias legítimas para avanzar en  ese camino. No busca reemplazar a nadie, no viene a dividir a ninguna organización, no viene a intervenir ninguna identidad territorial, ni menos a competir por cuotas de liderazgo. Wallmapuwen busca ser un instrumento político, una  herramienta que complemente las múltiple estrategias, electorales o no, que nuestro pueblo decida  utilizar.”
 Para quienes tengan mayor interés en conocer sobre  la fundación y actividades del nuevo partido mapuche: http://www.wallmapuwen.cl   |