Más que sorprendido por la aprobación
del desafuero de Pinochet por una sala de la Corte de Apelaciones, perplejo
leo los argumentos expuestos desde la ultraderecha hasta el Presidente
Lagos para analizar este nuevo y repetido escenario: procesar o no al
ex-dictador.
Lagos, Lavín, Cheyre, entre otros, coinciden en lanzar una andanada
argumental en contra del pasado y se declaran eufóricos a presente
y, sobretodo, casi demenciales en su entusiasmo por el futuro: a propósito
de Pinochet ahora cantan la misma letra: urgen visiones de futuro, acabemos
con el cuento.
Obviamente estas ideas representan la estrategia de la derecha chilena
que no quiere remover no las heridas de Chile, sino su participación
política y judicial en violaciones a los derechos humanos similares
sino peores a las cometidas por los yanquis y británicos con los
prisioneros iraquíes. Además, sí hablamos de heridas,
los unicos que las sufrieron fueron los opositores a la dictadura. Los
otros fueron los autores y cómplices de esas brutales violaciones
a los derechos de las personas. Ese pasado persigue y acosa a sus autores,
y por eso Pinochet entra de nuevo al ruedo judicial.
Hablemos de futuro: lo único que puede garantizar un Chile futuro
sin asesinatos, desaparecidos y torturas es el juicio y el castigo a los
responsables de esos crímenes de lesa humanidad. Por eso afirmo
rotundo que mientras más autores procesados haya, mayor seguridad
humana tendrá nuestro país. Sólo con los debidos
procesos, en primer lugar a Pinochet, podremos garantizar que en futuro
no sean torturados ni nuestros hijos y nietos, ni tampoco los hijos ni
los nietos de Lagos, Lavín o Cheire.
Así de simple. Pero.
El
Presidente Lagos siempre saca a relucir su rol en la lucha contra Pinochet.
Esta declaración es razonable, pues para todos nosotros constituye
un honor el haber luchado contra esa dictadura. Pero el Presidente Lagos
también afirma que no es administrador de „nostalgias del
pasado,“ cuando se refiere a las violaciones de los derechos humanos
registrados durante la dictadura. Y en relación al desafuero de
Pinochet ha dicho que "los hechos que ocurren en materia de derechos
humanos con el retirado jefe militar "vienen del pasado" y por
lo tanto "mucho más importantes son los temas que tenemos
respecto al futuro".
Este argumento, aparentemente impecable, corresponde, en mi opinión,
a un juicio político forzado por la realidad que rodea al presidente.
El y su gobierno todavía son prisioneros de la derecha y de las
fuerzas armadas. Incluso algunos integrantes del gobierno y/o de la Concertación
están encarcelados de si mismos.
Un
hombre de Estado, se supone, debe pensar con visión a largo plazo,
pero acertada. No existe ningún futuro digno, presidente, sin el
respeto a los derechos humanos. La visión contraria de ese futuro,
en su aplicación práctica, es la política de George
Bush que nadie en su sano juicio puede compartir ni comparte. Esa política
es condenada universalmente.
Pues bien, las „nostalgias del pasado“ se refieren a crimenes
horrorosos: fusilamientos sumarios, desapariciones de personas que fueron
lanzadas al mar después de abrirles sus vientres a corvo, torturas
que estremecen a quienes hoy escriben esos testimonios, y,y,y...
Y solamente con procesos a sus autores, con administración de justicia
y castigo, y, repito, en primer lugar a Pinochet, el mayor responsable
de esos horrores que constituyeron genocidio, es posible pensar en un
Chile futuro sin torturadores.
Comprensible,
cabal es que Lavín diga Pinochet es una persona políticamente
del pasado, está viejo, enfermo... en verdad no le hizo falta decir
„pobrecito“. La derecha que representa Lavín no sólo
la promovió políticamente a esa dictadura, sino que participó,
codo a codo, con los militares en ese regimen condenado innumerables veces
por Naciones Unidas y su Comisión de Derechos Humanos. De ahí
el premeditado „distanciamiento“.
Por eso Lavín quiere olvidar ese pasado, y mirar, mirar y mirar
siempre adelante, porque atrás, espanto, hay fotos peores a las
que actualmente publican los medios de comunicación mundiales sobre
Irak. También en Chile hubo perros, también hubo violaciones
a prisioneras, maltratos, torturas, y asesinatos, pues sus instigadores
y ejecutores forman parte de la misma camada.
Entendible es, también, que el comandante en jefe del ejército,
el general Emilio Cheyre, una vez más se desespere y critique que
no pueda poner fin a asuntos del pasado. Menos mal, general, así
garantizaremos que no haya un nuevo genocidio en el siglo XXI. En el XIX
fue el de los mapuches, en el XX el de los allendistas. Y el Ejército
su ejecutor. Cuando se admitan estas verdades monumentales, se analicen
y el ejército deje de ser el brazo armado de la derecha, recién
entonces, estaremos haciendo un futuro digno, para todos los chilenos.
Y para garantizar ese futuro Pinochet debe ser procesado, condenado, establecer
su culpabilidad de parte de los tribunales. De eso se trata.
A
propósito del tema, maldito pasao, viva el futuro, en el cajón
quinto de mi escritorio tengo una obra de teatro donde un grupo disfrazado
a lo militar canta lo siguiente:
Urgen
visiones de futuro
acabemos con el cuento
generemos porvenir
punto final a la historia
march, march, march
quier, dos, tres, march
march, march, march
Ya
nos tienen curcos
generales del encuentro
reclamamos actitudes positivas
las cosas odiosas del pasado
no nos van a reconciliar,
march, march, march,
quier, dos, tres, march
Desde
la perspectiva del presente
jamás entenderemos pasado
miremos adelante,
afuera los derrotistas,
arriba los optimistas
march, march, march
quier, dos, tres, march
Basta,
basta, punto final
ya nos tienen curcos
tapemos aquí, cubramos allá,
barramos las habitaciones,
abajo con las direcciones
borremos los nombres
vivan los silencios
terminemos con el cuento
march, march, march...
Creo que la decisión de la Corte de Apelaciones
de desaforar a Pinochet (14 a 9) ha tonificado un debate supernecesario
sobre las violaciones a los derechos humanos perpetradas en Chile bajo
la dictadura militar.
En este caso el desafuero se produce en relación a las actividades
criminales de la dictadura militar tanto en el territorio nacional como
en el extranjero bajo la denominación Operación Cóndor.
Operación Cóndor era la coordinación de las agencias
de inteligencias (Gestapos sudamericanas) de los regímenes, la
mayoría dictaduras, de los países del Cono Sur para asesinar
a los opositores polítiticos. La reunión fundadora se realizó
en Chile en noviembre de 1975.
Pinochet no ha sido procesado, además, porque en la última
votacion de la Corte Suprema su defensa logró establecer que el
ex dictador padece de una demencia subcortical progresiva, irreversible
e incurable, con pérdida de memoria.
Sin embargo, la entrevista que concedió en el 2003 a una red de
television de Miami, a instancias de una de sus hijas, le jugó
una mala pasada, pues en ella Pinochet recordó innumerables hechos
que mandaron al traste su presuntiva demencia y su presunto extravío
memorialístico.
Miguel
Gómez S
junio del 2004
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