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Pimienta al bicentenario
Aliña racismo militar chileno
200 años de discriminación
Bicentenario / 3
enfrentamiento  entre carabineros y mujeres mapuche

  
  Para personas informadas no es desconocido que el ejército chileno ha promovido una identidad basada tradicionalmente en el militarismo y el racismo. Y ha tenido cierto éxito, si pensamos en las reacciones producidas ante la actualización de la aspiración marítima boliviana.
El peso de esa ideología racista se percibe no sólo por los resultados de esa encuesta que evidenció apoyo a la politica exterior arrogante, a lo dueño de fundo, del gobierno de Lagos aplicada en contra del país más pobre de Sudamérica. Se agregan los pareceres expuestos en los debates que publican los diarios. En estos foros las opiniones son como tornillos eslabonados por el militarismo y el racismo. Forman parte de una cadena históricamente advertible, caracterizada por el desprecio a los bolivianos, peruanos, al mundo indígena en general y, en particular, hacia los mapuches.
En este marco se inserta el comportamiento del gobierno chileno y sus declaraciones con las cuales manifiesta preocupación por la exacerbación de los sentimientos nacionalistas bolivianos, omitiendo la existencia del Estado racista chileno y los correspondientes sentimientos que, políticamente enconados, pueden conducir a peligrosos desvaríos.
¿De qué se compone este militarismo racista? ¿De dónde proviene esta pomada identificatoria?
Algunas consideraciones:

  El quiebre del latinoamericanismo

  El quiebre del latinoamericanismo en Chile se inicio con la primera guerra contra peruanos y bolivianos. Es certidumbre que Portales quiso asegurar la primacia económica de Valparaiso ante El Callao, entre otros objetivos. Esta guerra fue impopular, porque popular era el latinoamericanismo.
Debe recordarse que antes que fuera ensartada la cabeza del último oficial español, y hasta que la terminaron de devorar los perros, combatieron por Chile numerosos extranjeros y en particular argentinos. La independencia de Chile se logró con el ejército libertador formado en el país vecino y marchó bajo el mando de San Martín. Maipo no es sólo O’Higgins, y la „guerra a muerte“ tampoco la hicieron sólo chilenos. Al mismo tiempo Chile ayudaba con todos sus recursos disponibles a lograr la liberacion de Perú. Las campanas de Bolivar en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia fueron prácticas ejemplares.Estos gestos conformaban un sentimiento y un ideario latinoamericanos. Esta idea independentista, republicana, unida a este sentimiento de unidad regional fue lo primero que asesinó la guerra de Portales. Valga subrayar que nacía ese ideario cuando Europa, por ejemplo, todavía no soñaba con unificarse.


  Desde esa guerra la oligarquía, ya terrateniente, forja la idea de que Chile tiene un destino diferente. Así empieza la instalación del Estado oligaquico, militar, racista, proeuropeo, una de cuyas primeras tareas será la limpieza étnica con una política de exterminio del pueblo mapuche.
Como chileno celebraré en el 2010 el bicentenario de la independencia y la formación de la república. Pero lamentaré 200 años de discriminación de Estado del pueblo mapuche. Hasta el mismo día de hoy, pues el informe que se entregará a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en marzo próximo, se denuncia que 700 mil indígenas de Chile viven en situación de vulnerabilidad o extrema pobreza. Se dice que los niveles de analfabetismo e indigencia superan la media nacional. Se denuncia el desplazamiento de los pehuenches por presiones de la empresa Ralco en el Alto Bío-Bío; los conflictos originados por el emplazamiento de empresas forestales, la minimización de los movimientos de protesta y las tensiones originadas porque no se ha resuelto su demanda de tierra, aquella que fuera usurpada.
Y digo 200 años de discriminación porque la república independiente, quienes la controlaban, ya en 1824 celebraban la „pacificación“ de los indígenas que habitaban la costa de la Araucanía.
„Alguna veleidad intentaron manifestar más tarde, pero el capitán don Luis Ríos, que había reemplazado a Gaspar en el gobierno militar de la baja frontera celebró en Arauco aquel famoso parlamento, del que la tradición horrorizada no parece haber querido conservar sino una vaga memoria, y en el cual fueron sableados, según en otra ocasión dijimos, cerca de un centenar de caciques y mocetones que ocurrieron bajo la buena fe del parlamento. Aunque el hecho fue de una barbarie tan inaudita como su alevosía, todos los soldados de la antigua escuela, Zanartu, Salvo, Porras, convienen en que fue de una eficacia terminante. „Este hecho fue bárbaro dice el primero en sus interesantes apuntes tantas veces citados, pero lo cierto es que los indios costinos quedaran desde entonces tan humillados que yo los he visto en 1848 y 1851 entrar por la portada del recinto de Arauco con el sombrero en la mano y saludando con mucho acatamiento, mientras que los llanistas son hasta ahora muy soberbios“ (Vicuña Mackenna. La guerra a muerte).
Después le tocará el turno a los soberbios. La „civilización“, ejecutora, también ha querido no sólo guardar una vaga memoria, sino que la ha forzado a mentir. Por eso tituló ese genocidio como „pacificación de la Araucanía“.
  El aniquilamiento físico del pueblo mapuche significó la pérdida de confianza, la exclusión danó el respeto a si mismo y la descalificación (salvajes, inferiores) condujo a la falta de aprecio hacia sus aportes culturales. Creo que cada uno de nosotros, chilenos, hemos advertido esta situación.
En esta guerra inmisiricorde contra los mapuches, en la segunda mitad del siglo XIX, participa todo el Estado: gobierno, militares, Sociedad Nacional de Agricultura, El Mercurio de Valparaíso, etc.
Así se fue conformando este desarrollo ideológico endógeno relativo, pues esa clase política en el poder, autoproclamada „patriótica“, se bambolea bajo diferentes influjos extranjeros. Hasta que desde los ochenta (XIX) las armas, la educación y el endoctrinamiento religioso caen en manos europeas, preferentemente alemanas.

  El rol de los alemanes y otros europeos en Chile

  La llegada de nuevos europeos a nuestro país, esta vez para repartirse las tierras usurpadas al pueblo mapuche, desde mediados del siglo XIX es otro de los factores importantes en la conformacion del militarismo chileno y el menosprecio al mundo indígena (mapuche, boliviano, peruano).
El Estado racista realiza la colonización a costa del genocidio mapuche ejecutado por el ejército y los gobiernos chilenos entre 1868 y 1883.
No hubo crimen que no se realizara. Como escribe J. Bengoa „se aplicó la política de tierra arrasada siguiendo los métodos más bárbaros de la guerra. Se quemaban casas, rucas y sementeras. Se apresaba a cuanto ser viviente había, asesinando mujeres y ninos. Se arreaba a todos los animales y se los entregaba a la tropa como botín de guerra.“ (Historia del pueblo mapuche).
Muchos nombres militares de apellidos lustrados hicieron sus armas en esta guerra injusta, desigual, inmoral, en términos pos, de „limpieza étnica“.


  Y esencialmente racista, la guerra: porque se aniquilaba al „salvaje“, „bárbaro“, „inferior“, para usurpar sus tierras y dárselas al „civilizado“, al „superior“, a los extranjeros. Esta era la política „patriótica“.
Los alemanes y los demás europeos, salvo nombres extranjeros conocidos como ejemplares (Lenz, Gusinde y otros), recibieron todo aquello que les fue negado a los mapuches. Peor aún: se expandieron arrebatando, incluso, las tierras en las cuales fueron reducidos los aborigenes chilenos.
Este expansionismo se realizó sobre la base de un racismo no solo contra los mapuches sino contra los chilenos en general. Incluso, en la actualidad, cualquiera persona observadora que visite el sur advertirá que ese racismo sigue vivo . Sólo historiadores del mismo nicho colonizador pueden propagar la idea de que los colonos produjeron desarrollo. Ellos, los alemanes y otros europeos, sí se desarrollaron. Qué duda cabe, pues luego de la apropiacion de las tierras, asaltaron el poder político en el sur y muchos hicieron carrera en las fuerzas armadas. Vincule nombres y apellidos de los oficiales hoy procesados por graves violaciones a los derechos humanos.
  Una influencia similar se produce en la esfera educacional donde por encima de las protestas de destacados educadores chilenos (Eduardo de la Barra y otros) se impuso una ensenanza basada en la obediencia y no el libre debate, y en el perfeccionismo que condujo, en Europa, a la irracionalidad de tratar de hacer desaparecer a todos los imperfectos bajo la imposición del ser humano perfecto: el ario. Los chilenos no fuimos ajenos a esta formación.
  Un siglo más tarde era tal el estado de postración de los chilenos en el campo dominado por terratenientes criollos y de procedencia extranjera que la iglesia, Alesssandri, Frei y Allende tuvieron la misma obsesión social: hacer una reforma agraria para tratar de quebrar ese sistema injusto, símbolo del huaso ricachón y expoliador de los inquilinos, senor y siervo, amo y esclavo. Y esta parodia de chileno es justamente uno de los símbolos „patrios“ del militarismo racista.
  Por otra parte, oficiales alemanes, desde Koerner en adelante, durante más de 30 años conformarán el ejército de Chile a la manera prusiana, aquella que devino en nacismo y desembocó en el intento más brutal de dominio mundial mediante la guerra. Fueron los maestros de la oficialidad chilena.
  A lo anterior hay que agregar que los europeos que llegaron luego de la derrota y postración mapuche no eran aptos para la agricultura en su mayoría y en muchos casos formaban parte del lumpen europeo como sucedió con los que arribaron a Chiloé. (Blancpain, J. Pierre. Los alemanes en Chile).

  Cambio del disco uniformado

  Luego de la derrota del nazismo los „patriotas“chilenos entran en la esfera de dominio norteamericano, principalmente el ejército. Los norteamericanos cambian el disco e introducen el concepto de seguridad nacional para integrar plenamente a la oficialidad en la guerra mundial de sistemas.
Matriculado el ejército con este programa se instruye a cientos de oficiales que concurren anualmente a la escuela de las americas. (¡Y todavía!) Esta instrucción incluye la tortura y otras formas degradantes, inhumanas, como se ha denunciado con multiples casos de militares torturadores que actuaron en diversos países de America Latina.
  Una vez que el militarismo egresa de la escuela de las americas USA le marca el objetivo: la izquierda, el progresismo. Y la derecha y el ejércitos, „patriotas“, ejecutan la tarea asignada perpetrando el segundo genocidio, el del siglo XX, que 30 años después.aún mantiene irreconciliablemente divididos a los chilenos. ¡Y a centenares de oficiales procesados!
  Bajo la doctrina de la seguridad nacional el militarismo se aduenó del país y de las vida de los chilenos y se autoasigno el rol de tutor de la nación, incluso constitucionalmente.
  Este gravamen todavía pesa en la vida nacional, pues no se ha logrado democratizar el país como corresponde. El comandante en jefe el ejército todavía interviene como cualquier dirigente politico, en tanto que desde las sombras los senadores designados o institucionales, una verguenza nacional, presionan al mundo político.
  Y cuando estos por A, B o C no pueden tienen a los dirigentes de la derecha fundamentalista, la UDI. Todo este espectro representa la ideologia miltarista-racista. Lo ilustran las declaraciones de Lavín contra la visita del diputado peruano, Evo Morales, al cual descalifico como antichileno. Lavín es la expresión concentrada de esta desgracia: la derecha y el racismo militarista. Muchos chilenos tienen esta ponzoña ideológica y basta un pequeño empujón doctrinario para que surja ese racismo que ahora se puede ver en cualquer diario chileno. Ahí están como tornillos estandarizados racistas ante la aspiración boliviana de salida al mar.

  El hispanismo, nueva receta colonial

  El español representó inicialmente al mundo europeo en los países latinoamericanos, con todo el peso de las armas y la cruz. No existe una leyenda negra, sino blanquita, una historia que es necesario estudiar y aprender en forma crítica.
  Porque tanto en España como en nuestros países se esta produciendo una corriente bien financiada destinada a limar el descreimiento ante el hispanismo franquista y forjar uno de nuevo cuño, a lo Aznar.
España se ha fortalecido en Europa en las últimas décadas porque es uno de los países que más ha profitado de la Unión Europea. Y ahora rechaza que corten la leche. Alemanes, franceses y otros han quedado entrampados.
  Por eso puede ser hoy el principal inversor en América Latina. El poder económico invertido por España en Chile, (sigue a USA) exige ahora su correspondiente poder político. Tal situación explica los besamanos a Aznar y a los reyes de la metropoli.
  Y en la política interna la España nacional asfixia a otras minorías a las cuales constantemente demoniza, bajo el chantaje de que cualquier aspiración particular, catalana, vasca u otra, significaría complicidad con el terrorismo. Un libreto que hasta ahora ha sido efectivo.
  En el plano exterior el gobierno de Aznar ha significado colocar a España, detrás o a la par con Inglaterra, como escudero de la política del gobierno norteamericano de Bush. La gira del jefe de gobierno espanol por Latinoamerica fue reclutar soldados como carne para bombas en Irak. Esta es una política exterior que el mundo rechaza.
  Y mientras los próceres del gobierno expanden sus buenos deseos para „Iberoamérica“, en giras anunciadoras de la buena nueva, expulsan al mismo tiempo de Espana a argentinos, ecuatorianos, colombiamos y otros hijos de la „madre patria“. Esa hispanidad apesta. Por suerte hay otras.

  Miguel Gomez S.
última semana de febrero

 

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