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Relación Ejército-Pueblo Mapuche, a propósito de la Invasión de América

CORONEL CORNELIO SAAVEDRA:
¿HEROE O GENOCIDA?

Bicentenario / 1
Patagonia 1886-"cazadores de indios" al lado de una de sus victimas

  

En octubre se recuerda la Invasión de América, de la cual ninguna necesidad tuvieron los aborígenes, pues arrojó sufrimiento inenarrable, y esta fecha es propicia para expulsar algunas ideas que se relacionan con la necesidad de revisar no sólo lo que se ha dicho sino cómo se ha dicho, y, esencialmente qué resultados ha producido la confección oficial de ese decir.
Empleo el verbo expulsar porque son dolores justos, productos de injusticias profundas, que pretenden arraigar en una conciencia, la mía y la de otros, que se niega a aceptar versiones contumaces que no se condicen ni con la verdad del pasado ni con las corrientes actuales del pensamiento. Estas últimas tienden a aposentar un ser humano con derechos y con dignidad. A pesar y muchas veces en contra del ser oficial.
Revisar la lista de héroes del ejército de Chile tiene que ver no sólo con la verdad histórica, que por encima de toneladas de papel, se arrastra y asoma en una memoria empecinada y que, a veces, cobra singular fuerza, como ocurrre en esta relación entre ejército y pueblo mapuche.
La relación no terminó en la batalla de Temuco que puso el paréntesis a una guerra injusta. Paréntesis porque el objetivo de usurpar el territorio se cumplió, pero la estrategia de dejar despojos humanos, tornados en sumisos y obedientes, no se logró totalmente.
Si pensamos en el hoy, y más que nada en el mañana, vemos un proceso en marcha de recuperación de la memoria, imparable. Basta ver la lista de la pujante intelectualidad mapuche que ha iniciado el proceso de la recuperacion del conocimiento de la identidad.


En la escuela y en el liceo de humanidades, qué buen nombre pero tan a contrapelo de los contenidos, me enseñaron una lista de héroes aborígenes que lucharon contra el invasor español.
En esa lista figuran nombres legendarios como Caupolicán, Lautaro y muchos otros. Un poeta español describió la epopeya mapuche en „La Araucana“.
Lautaro me interesó antetodo porque vivió en las entrañas del monstruo y no fue asimilado. Mantuvo su identidad mapuche por encima de las importantes funciones que le asignó Pedro de Valdivia. No se integró, no se asimiló, no se españolizó. Por el contrario reafirmó su condicion de mapuche, aprendió del español y después, con nuevas armas, combatió. Lautaro es, en esta interpretación, dinamita de identidad. .
Cuando los españoles son derrotados por el Chile que inicia su proceso de independencia se acaba la lista de los héroes mapuches. Sólo hay una excepción, el capitán Juan Lorenzo Colipí, integrante de una poderosa familia mapuche que se mantuvo al lado de los chilenos. El ejército lo tiene en su lista de héroes.
El mérito de este mapuche es haber participado, con singular valor, en la primera guerra fratricida contra Peru y Bolivia impulsada tras varios objetivos, uno de los cuales se enmarcaba en la disputa entre el Callao, que despuntaba como el principal puerto del Pacífico sur, y Valparaíso.
Una guerra impopular, pues apuñalaba en la garganta el sentimiento e ideario latinoamericano, bolivariano, en alza, pues se había luchado contra un común enemigo: los procesos de coordinación económica y política latinoamericanos de hoy tienen ese fundamento.
Vuelvo al centro: la lista de héroes mapuches que combatieron al invasor español se acaba en la república porque ellos, en su mayoría, empezaron a luchar contra el nuevo invasor: las tropas, los colonos nacionales y extranjeros, del naciente Chile republicano. Los héroes se tornaron entonces, para los chilenos, en salvajes, violentos y ladrones.
Esta esquizofrenia oficial chilena para tratar al pueblo mapuche se impondrá durante estos casi 200 años de vida independiente. Lautaro o Caupolicán serán nombres de regimientos, pero el aborigen real será objeto de desprecio, acoso, y racismo.

La versión oficial de la historia figurada tiene en el ejército una lista de héroes. Uno de ellos es el coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, industrial, terrateniente, diputado.
La reseña sobre este héroe de la Academia de Historia Militar del Ejército, informa que participó en la batalla de Loncomilla (entre dos facciones del ejército, gobierno y sublevados, él estuvo con los últimos). Y agrega un informe de la época: „la batalla de Loncomilla lo reveló como soldado de altas dotes, como la ocupación de Arauco lo habría de manifestar más tarde, hombre de Estado de raras cualidades, en que la sagacidad y talento de estadista se sobrepondrían al imperio de la espada“. (subrayado es mío)
Cornelio Saavedra es el mismo que se hizo famoso porque dijo que la conquista de la Araucanía le costo más mosto que pólvora. Al cinismo, sumó falsedad pues las víctimas del pueblo mapuche fueron incontables: hombres, mujeres y niños. La descripción de las incursiones fue tal que hasta produjo una reacción nacional de horror.
Si leemos la Historia del Pueblo Mapuche (y otros textos) tenemos la posibilidad de acceder a muchos antecedentes históricos, no refutables, sobre esas matanzas. Y si el autor, José Bengoa, es integrante de la Comisión Bicentenario debemos concluir que no expuso hechos antojadizos o carentes de fundamentos.
Por eso a cualquier chileno le asiste legitimidad al formularse la pregunta de mi título: ¿el coronel Cornelio Saavedra es héroe o genocida? Héroe en la guerra del Pacífico (aunque renunció a sus funciones) , genocida en sus relaciones con los mapuches. Sin embargo, ambas condiciones son excluyentes pues ni un héroe puede ser genocida ni un genocida héroe. Sería de interés conocer el fundamento de la Academia de Historia Militar.
De acuerdo a la legislación internacional son actos de genocidio „los cometidos con ánimo de destruir en todo o en parte, un grupo nacional, étnico o religioso, tales como el dar muerte u ocasionar grave daño mental o corporalmente a los miembros del grupo, imponer al grupo, deliberadamente, condiciones de vida encaminadas a producir su destrucción total o parcial“.
Si asumimos esta definición de la ONU, y leemos lo que hicieron los gobiernos y el ejército chilenos entre 1860 a 1885 existe para cualquier persona normal un genocidio configurado.
Y quien tuvo una de las principales responsabilidades en perpetrar esos actos fue precisamente el coronel y después general, Cornelio Saavedra Rodríguez, que aparece como uno de los héroes del ejército.
Junto a la masacre de mapuches, el ejército robaba el ganado vacuno y lanar, es decir practicaba el cuatrerismo en gran escala, e incendiaba las sementeras y las chozas con el propósito de impedirles la renovación de su vida. Rápidamente el hambre y las enfermedades diezmaron la población.
En la lista de héroes del Ejército hay otros participantes destacados en la „pacificación“, son los generales Del Canto, Gorostiaga y Urrutia Venegas sobre los cuales recae la misma sospecha. Muy personal, por supuesto.


El actual enfoque del Ejército sobre esta historia oscila entre denegar, silenciar o falsear. Cito:
„La dificil relación entre el sector indígena , que forma parte de nuestra comunidad nacional, y las autoridades no es reciente. Por el contrario, ha tenido una dilatada trayectoria que se remonta a la época de la colonia, y ha evolucionado de manera extrema, pasando de abierta belicosidad a la aplicación de medidas que representan una clara discriminación positiva, a pesar de lo cual el problema subsiste hasta hoy“(1)
Así ve la relación entre chilenos y mapuches el ejército. Un par de párrafos que nos remontan a un conflicto antiguo, con fases de belicosidad y el paso a una discriminación positiva refiriéndose, se supone, a la política de los gobiernos democráticos.. No escribe sobre la guerra de exterminio ejecutada contra los mapuches y no habla de la permanente política de discriminación. Entrevé sólo un lado de la medalla.
„...a pesar de lo cual el problema subsiste.“ Afirma el ejército.¿ A pesar de qué? Le pesa, le duele, la „discriminación positiva“, obviamente. El problema subsiste: los mapuches subsisten, es decir existen aún, a pesar de los crímenes y la discriminación.
Y al actualizar lo mapuche el artículo reduce su importancia y concluye que un importante sector de quienes se identifican como mapuches no mantienen relación alguna con su cultura o territorio ancestral.
Este criterio se repite hasta hoy cuando se afirma que quienes reclaman participación, derechos, autonomía constituyen minorías no significativas.
Obviamente no es la vía adecuada, aquella de reducir la significancia del sector mapuche, para solucionar „el problema“. En cambio retrata una visión mezquina para analizar la situación. ¿Cuántos son los activos en cada uno de los partidos políticos? Obviamente, minorías, pero que por su calidad o demagogia mueven masas que deciden cursos políticos. Existen numerosos ejemplos, además, de que minorías activas pueden convertirse en mayorías.
Otro argumento del ejército en contra de los mapuches ( y de la derecha, y de algunos sectores de la Concertación) es que en el conflicto participarían elementos foráneos y que existiría „infiltración“. ¡En un mundo globalizado!
Dice el artículo que „estas influencias, que han transplantado a la situación chilena elementos socioculturales foráneos, sólo han contribuído a distorsionar la verdadera realidad de las comunidades indígenas en nuestro país“.
Es como si uno leyera algun documento de la derecha en tiempos de Allende. Se acusaba al gobierno de permitir la existencia de elementos foráneos mientras la oposicion e integrantes del ejército, en aquel entonces, complotaban con la CIA y el gobierno norteamericanos. Situación esclarecida.
Y lo que es peor lo asegura el ejército que cada año envía más de un centenar de oficiales a „estudiar“ a la Escuela de las Américas, centro de instrucción norteamericano que ha diplomado a conocidos torturadores y asesinos uniformados. (ver lista en mi artículo „El general Cheyre, el doble rasero y los derechos humanos“).
Si se trata de influencias foráneas o de infiltrados será necesario recordar que el ejército se formó copiando a los franceses, luego fue reestructurado por oficiales alemanes infiltrados hasta en su estado mayor, y después de la derrota de los nazis, por imposición norteamericana, el ejército derivó hacia las doctrinas yanquis, en particular, la doctrina de seguridad nacional.
En relación al títular del artículo (El conflicto mapuche y su impacto en la seguridad nacional), médula del mensaje, el ejército asegura que el conflicto indígena podría constituir un factor de vulnerabilidad de la seguridad nacional en consideración a los elementos que lo integran. Veamos esos elementos:

„En primer lugar, porque afecta el orden interno y la tranquilidad pública del país, a través de diversos llamados que los dirigentes del movimiento han efectuado a trasgredir el ordenamiento jurídico. En segundo término, porque durante su desarrollo se ha pretendido, no sólo limitar, sino también vulnerar el derecho de propiedad consagrado en la constitución. En tercer lugar, porque han existido claras manifestaciones de extrapolar el conflicto local al plano nacional, incluso con la participación de elementos foráneos, como son los voluntarios internacionales y organismos extranjeros que tienen interés en la reinvindicación de minorías a lo largo del orbe.“

  Punto Uno.- los mayores transgresores de la constitucionalidad y de la tranquilidad pública han sido las Fuerzas Armadas. El golpe del 73, y todo el horror que trajo consigo, fue ejecutado por esas instituciones. No tienen ninguna autoridad moral para pontificar sobre el ordenamiento juridico mientras centenares de sus integrantes estan procesados por transgredir gravemente no solo el orden juridico sino simplemente el humano.
  Punto Dos.- Cómo puede una institución supuestamente seria como el ejército acusar a los mapuches de vulnerar el derecho de propiedad cuando le arrebataron su territorio, despojándolos de más de un millón de héctareas.
  Punto Tres.- Son las fuerzas armadas, y en particular el ejército, los que están constituidos casi totalmente por elementos foráneos, no sólo doctrinarios sino también en la instrucción.Unitas.

Con los anacrónicos criterios del Ejército no hay solución para las demandas mapuches. Es el mismo lenguaje y forma de analisis que conduce a la mayor hecatombe de la historia republicana, el golpe y la dictadura militar en el siglo XX. Una catástrofe política y humana parecida fue el genocidio o pacificacion de la araucanía en el siglo XIX.
En la exposicion militar la institución asume su versión identitaria, calificada como militarista y racista, como si fuera la única y perteneciera a todos nosotros, los chilenos.

Edward Said: „Lo peor es cuando individuos o grupos fingen ser los únicos representantes verdaderos de una identidad, los únicos interpretes legítimos de una fe, los únicos portaestandartes de la historia de un pueblo, la única manifestación real de una identidad dada, sea islámica, judaica, árabe, americana o europea.
„De convicciones tan insensatas surgen no sólo el fanatismo y el fundamentalismo, sino también la falta total de comprensión y de compasión por el prójimo“.(2)

Creo que cualquiera persona sensata si lee lo que escribe el Ejército advertirá que no ha cambiado, que sus formas de análisis son sesgadas y que por sus convicciones es profundamente fundamentalista, porque cree ser el único portaestandarte de la historia y de la identidad chilena.
Para comprender el pensar del ejército hay que leer lo que dice la derecha, pues hay un ensamblaje, un ajuste, un acoplamiento. Esa derecha fundamentalista sigue siendo pinochetista y opusdeísta.
Precisamente por esa falta de comprensión y de compasión de la derecha es el ejército una institución que volvería a ejecutar, hacer desaparecer personas, torturar y exiliar. Sólo más procesos y justicia contra los uniformados y civiles que violaron los derechos humanos pueden contribuir a que esa historia espeluznante no se repita. Eso significa pensar en el futuro y no al revés como lo presentan la derecha y uniformados comprometidos en esos actos.
Si en los documentos del CESIM (Centro de Estudios e Investigaciones Militares) se lee la interpretación de lo que ocurrió en 1973 se advierte de que sólo hay intérpretes de la historia de la derecha y de la democracia cristiana. Uno de los artículos justificadores del golpe de Estado empieza citando a...¡¡¡Hermógenes Pérez de Arce!!! La peor carta del naipe.
Las declaraciones y/o propósitos del general Cheyre, de hacerse realidad, en cuanto a impregnar de la noción de derechos humanos a los militares tiene todavía un largo camino por delante. Sí, en verdad, se hace ese camino.
La forma en que el ejército aborda la relación con el Pueblo Mapuche, como factor que potencialmente afectaría a la seguridad nacional, se distancia del legado o´higginiano, estadista que se interesó en integrar a los aborígenes a la vida ciudadana, con participación, con derechos.
Los gobiernos sucesivos y el ejército, en cambio, trataron de desintegrarlos. Y después durante casi 200 años los han hecho objeto de discriminación absolutamente negativa, hasta el punto de introducir en la sociedad chilena el estereotipo de mapuche igual cholo, cholo igual ladrón, sinverguenza. Cholos son también, en esa identidad racista y militarista, los peruanos y los bolivianos, „los enemigos“ .
Creo que la revisión de los héroes es una de las tareas intelectuales de los participantes en el Bicentenario. El Ejército debería comenzar por asumir en plenitud sus responsabildiades históricas, y, como gesto mínimo, pedir perdón a los mapuches, como han hecho el Papa e incluso hasta el propio gobierno de Estados Unidos. Y revisar la lista de sus héroes...para empezar. Hay tiempo. El Bicentenario hace la ocasión propicia.

(1) Area Fuerzas Armadas y Sociedad. „El conflicto mapuche y su Impacto en la Seguridad Nacional“. Centro de Estudios e Investigaciones Militares, CESIM.

(2) Edward Said. Discurso al recibir el Premio Príncipe de Asturias.

Miguel Gómez S. segunda semana de octubre.

 

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