volver
12-10-2006
Polémicas
anteriores
Mi país
America latina
Europa
Bicentenario
Poesia
Bienvenidos
e-mail
soldados israelies arrestan un niño.
polemica / 22
LA GUERRA
CONTRA LOS CIVILES
 

 

A propósito del mundial de fútbol un amigo de mi generación, de izquierda, al preguntarle con cual selección simpatizaba, me dijo que él siempre estaba con el equipo más débil.
Recuerdo haber leído en las Actas de los Tupamaros, movimiento guerrillero uruguayo de los setenta, que realizaban sus acciones armadas considerando el nunca dañar un civil.
Incluso si alguna vez produjeron un efecto negativo en algún sector, enseguida realizaron una acción de reparación.
Por ese instinto e inclinación emocional e intelectual humana la izquierda fue también víctima de los nazis. Es decir estuvo en la misma situación que la población judía o los gitanos o los homosexuales.
El haber sido víctima, sin embargo, no da derecho a ser victimario.
Eso ocurre actualmente con el gobierno y la mayoría de la población israelí. Se han convertido en victimarios y no son pocos los intelectuales que comparan su política con la de los propios nazis.
El blanco de Israel en la guerra contra Líbano ha sido la población civil. El balance de la primera etapa de la guerra señaló que en 34 días murieron a consecuencia de la invasión del ejército israelí 1.287 libaneses. De esta cantidad 1.140 fueron civiles, entre los cuales se cuentan a mujeres y niños. El país fue reducido a escombros.
Amnistía Internacional aseguró que el ejército israelí cometió crímenes de guerra al atacar deliberadamente objetivos civiles. Dijo que un tercio de los muertos han sido niños. Y que casi un millón de personas fueron obligadas a huir.
Es verdad que muchos tenemos la misma amarga percepción y cuando escuchamos a un representante el gobierno de Israel decir otras cosas tenemos la certidumbre que miente. La guerra contra los civiles ya la ha practicado y realiza en Palestina.

Naturalmente que las réplicas que matan civiles israelíes son condenables. Pero jamás habrá que olvidar que no estamos en presencia de una relación entre iguales. Se trata de una relación entre esclavizadores y esclavos. De un Estado devenido en terrorista en contra de un pueblo que aspira y tiene pleno derecho a crear su propio Estado nacional. Los primeros invaden y atacan, los segundos se defienden.
Lo peor de esta situación, a menudo, no es observable. Pero la política militar de EE.UU y de Israel destruye las creencias en el ser humano como tal, rebaja la conciencia mundial sobre humanidad, atenta contra el sueño y la utopía de un mundo mejor.
Las imágenes televisivas de la destrucción de un país entero y del dolor y la muerte de las personas abren caminos al pensar inhumano e influye, poco a poco, para concebir la tierra y sus habitantes en el infierno descrito por religiones que predican el amor y practican el odio con sus efectos destructivos.
De esta manera Israel no ganará ninguna guerra. Por el contrario ya la perdió ante la opinión pública, a pesar del poder mediático norteamericano, porque ninguna persona normal puede compartir los argumentos con las cuales pretende justificar crímenes que repugnan a toda conciencia humanitaria. Puse los ejemplos del fútbol y de los tupamaros para afirmar que los israelíes que denuncian un supuesto antisemitismo de signo izquierdista no entienden nada de la mentalidad de izquierda.
Lo de antisemitismo es un chantaje inicuo dirigido sobre todo a parte de la población europea, socialdemócrata y de izquierda, de aquellos países que fueron cuna del nazismo.
O simplemente realizan esta afirmación para neutralizar a golpes propagandísticos la crítica de izquierda a sus crímenes contra palestinos y la  población libanesa.

Las acciones del sionismo israelí constituyen crímenes de guerra y debieran ser juzgados por un tribunal internacional. Lo ha dicho el primer ministro del Líbano, Fuad Siniora. También respetables organismos que velan por la protección de los derechos humanos.
La invasión y guerra de Israel no ha sido sólo contra Hizbulá; el objetivo de siempre ha sido lograr que los árabes se maten entre si. Con la guerra atiza las contradicciones entre fuerzas políticas y militares  libanesas y Hizbulá.
Es lo que Arafat nunca se permitió que ocurriera en Palestina y, al parecer, comienzan a comprender sus herederos porque ya habían empezado a matarse entre ellos.
Estados Unidos es maestro en dividir para reinar. Todo consiste en conocer y estudiar las diferencias políticas o religiosas en un país dado, apoyar al que presume aliado, y atizar hasta convertir las contradicciones en antagonismos, si regado con sangre mucho mejor pues entonces serán irreconciliables.
Lo está logrando en Irak donde existe ya una guerra civil. Estados Unidos se beneficia y declara haber traído la libertad y la democracia a aquel país. La libertad para que los árabes se maten entre si. Basta con prender algunas mechas en sitios sagrados para encender el fanatismo religioso. Para la CIA es tarea sencilla.
El mismo procedimiento empleó el gobierno estadounidense para exterminar a los aborígenes que habitaban el territorio hoy denominado Norteamérica; igual logro dividir Corea, y Vietnam, aunque en este último país transitoriamente, pues fue derrotado en toda la línea.
Incluso en Chile estimuló y financió a los golpistas de 1973. Con la mano de los militares chilenos consiguió que se mataran a los chilenos allendistas. Esta política norteamericana es muy manoseada pero, para desgracia de muchos pueblos,  efectiva.
Si alguna persona honrada aún tuviera dudas, Bush las disipó cuando al justificar las acciones de Israel dijo que Occidente está en guerra contra el fascismo islámico. Una guerra politica y religiosa.
 Algunos afirman que Bush es un demente con poder. No lo creo; Bush representa en Estados Unidos a un sector político conservador religiosamente fanático. La denominación de origen es fundamentalismo.

Si nos atenemos sólo a las imágenes y mensajes de los medios de comunicación se llegaría a conclusiones falsas. Porque la guerra no empezó con el secuestro de uno o dos soldados israelíes.
La guerra se mantiene porque Estados Unidos e Israel bloquean todo camino a la demanda del pueblo palestino a constituirse en Estado nacional.
Incluso en esferas del gobierno británico se hizo trascender que éste se sentía decepcionado porque Bush no entendería el imperativo de atender las demandas palestinas. La Hoja de Ruta Bush la tiró al basurero.
Entretanto el territorio palestino lo trajina cuando quieren los tanques israelíes. Se mantienen los campos de refugiados. Algunos de los más poblados existen en el propio Líbano. Son palestinos que sobreviven como prisioneros desde que se formó el Estado de Israel, pues fueron expulsados y perdieron todo, hasta la esperanza. Algunos reportajes realizados por Radio Exterior de España conmueven al mas pintado, menos, naturalmente, a los responsables.
La población palestina, sus mujeres y sus niños, sufren el terrorismo de Estado de Israel.
El hecho injusto de negar a los palestinos que formen su propio Estado produce los Hamas o los Hizbolá, y exacerba el rencor y el odio. En ese contexto surgen opiniones como la del presidente iraní que quiere hacer desaparecer Israel, opinión absurda que sólo sirve a los propósitos propagandísticos de Israel.
La gente sensata lo dice: no hay solución militar, la intervención militar solo produce las muertes de personas inocentes, no hay ganadores, salvo la industria de la guerra.

Miguel Gómez , inicios septiembre, 2006

A continuación te invitamos a leer sobre la guerra contra el Líbano las opiniones de intelectuales humanistas que representan parte de la sensatez mundial.

 

Una carta
John Berger, Noam Chomsky, Harold Pinter y José Saramago

El capítulo más reciente del conflicto entre Israel y Palestina comenzó cuando efectivos israelíes se llevaron por la fuerza a dos civiles, un médico y su hermano, de Gaza. Tal incidente casi no se cubrió en ningún lado, excepto en la prensa turca. Al día siguiente los palestinos capturaron a un soldado israelí y propusieron un intercambio negociado por los prisioneros que han tomado los israelíes: hay aproximadamente 10 mil de ellos en las cárceles de Israel.
Que este "rapto" fuera considerado una atrocidad, mientras se considera un hecho lamentable pero realista de la vida que las Fuerzas de Defensa (¡!) Israelíes ejerzan la ilegal ocupación militar de Cisjordania y la apropiación sistemática de sus recursos naturales, en particular el agua, es típico de la doble moral empleada recurrentemente por Occidente ante lo que les ha sobrevenido a los palestinos, durante los últimos 70 años, en la tierra que les asignaron los tratados internacionales.
Hoy, a la atrocidad le sigue otra atrocidad: los proyectiles improvisados se cruzan con los sofisticados misiles. Estos últimos hallan su blanco donde viven los pobres, desheredados y hacinados, que esperan la llegada de lo que alguna vez se llamó justicia. Ambas categorías de proyectiles desgarran los cuerpos de manera horrible; ¿quién, salvo los comandantes en combate, puede olvidar esto por un momento?
Cada provocación y su contragolpe se impugnan y son motivo de sermones. Pero los subsecuentes alegatos, acusaciones y solemnes promesas sólo sirven de distracción, para evitar que el mundo preste atención a una estratagema militar, económica y geográfica de largo plazo cuyo objetivo político es nada menos que la liquidación de la nación palestina.
Esto tiene que decirse fuerte y claro porque la estratagema, sólo a medias manifiesta, y a veces encubierta, avanza muy rápido en los días que corren y, en nuestra opinión, debemos reconocerla tal cual es, incesante y eternamente, y resistirnos a ella.

Mieussy, Francia
Viernes 21 de julio de 2006

Traducción: Ramón Vera Herrera

¿Hasta cuándo?
 Por Eduardo Galeano

 En Caná, donde Jesús convirtió el agua en vino para celebrar el amor  humano, el odio humano despedaza más de treinta niños en un largo bombardeo. La  guerra sigue, como si nada. Como de costumbre, dicen que fue un error.  ¿Hasta cuándo los horrores se seguirán llamando errores?  Esta guerra, esta carnicería de civiles, se desató a partir del secuestro de  un soldado. ¿Hasta cuándo el secuestro de un soldado israelí podrá justificar el secuestro de la soberanía palestina? ¿Hasta cuándo el  secuestro de dos soldados israelíes podrá justificar el secuestro del Líbano  entero?

 La cacería de judíos fue, durante siglos, el deporte preferido de los  europeos. En Auschwitz desembocó un antiguo río de espantos, que había  atravesado toda Europa. ¿Hasta cuándo seguirán los palestinos y otros  árabes pagando crímenes que no cometieron?

 Hezbolá no existía cuando Israel arrasó el Líbano en sus invasiones  anteriores. ¿Hasta cuándo nos seguiremos creyendo el cuento del agresor  agredido, que practica el terrorismo porque tiene derecho a defenderse  del terrorismo?

 Irak, Afganistán, Palestina, Líbano. ¿Hasta cuándo se podrá seguir  exterminando países impunemente?

 Las torturas de Abu Ghraib, que han despertado cierto malestar  universal, no tienen nada de nuevo para nosotros, los latinoamericanos. Nuestros  militares aprendieron esas técnicas de interrogatorio en la Escuela de las  Américas, que ahora perdió el nombre pero no las mañas. ¿Hasta cuándo seguiremos  aceptando que la tortura se siga legitimando, como hizo la Corte Suprema de  Israel, en nombre de la legítima defensa de la patria?

 Israel ha desoído cuarenta y seis recomendaciones de la Asamblea  General y de otros organismos de las Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo el gobierno  israelí seguirá ejerciendo el privilegio de ser sordo?

 Las Naciones Unidas recomiendan, pero no deciden. Cuando deciden, la  Casa Blanca impide que decidan, porque tiene derecho de veto. La Casa  Blanca ha vetado, en el Consejo de Seguridad, cuarenta resoluciones que  condenaban a Israel. ¿Hasta cuándo las Naciones Unidas seguirán actuando como si  fueran otro nombre de los Estados Unidos?

 Desde que los palestinos fueron desalojados de sus casas y despojados  de sus tierras, mucha sangre ha corrido. ¿Hasta cuándo seguirá corriendo la  sangre para que la fuerza justifique lo que el derecho niega?

 La historia se repite, día tras día, año tras año, y un israelí muere  por cada diez árabes que mueren. ¿Hasta cuándo seguirá valiendo diez veces  más la vida de cada israelí?

 En proporción a la población, los cincuenta mil civiles, en su mayoría  mujeres y niños, muertos en Irak, equivalen a ochocientos mil  estadounidenses. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando, como si fuera  costumbre, la matanza de iraquíes, en una guerra ciega que ha olvidado  sus pretextos? ¿Hasta cuándo seguirá siendo normal que los vivos y los  muertos sean de primera, segunda, tercera o cuarta categoría?

 Irán está desarrollando la energía nuclear. ¿Hasta cuándo seguiremos  creyendo que eso basta para probar que un país es un peligro para la  humanidad?

A la llamada comunidad internacional no la angustia para  nada el hecho de que Israel tenga doscientas cincuenta bombas atómicas, aunque  es un país que vive al borde de un ataque de nervios. ¿Quién maneja el  peligrosímetro universal? ¿Habrá sido Irán el país que arrojó las  bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki?

 En la era de la globalización, el derecho de presión puede más que el  derecho de expresión. Para justificar la ilegal ocupación de tierras  palestinas, la guerra se llama paz. Los israelíes son patriotas y los  palestinos son terroristas, y los terroristas siembran la alarma  universal.  ¿Hasta cuándo los medios de comunicación seguirán siendo miedos de  comunicación?

Esta matanza de ahora, que no es la primera ni será, me temo, la  última, ¿ocurre en silencio? ¿Está mudo el mundo? ¿Hasta cuándo seguirán  sonando en campana de palo las voces de la indignación?

 Estos bombardeos matan niños: más de un tercio de las víctimas y a  veces  bastante más, como en Caná. Quienes se atreven a denunciarlo son  acusados de antisemitismo. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo antisemitas los  críticos de los crímenes del terrorismo de Estado? ¿Hasta cuándo aceptaremos esa  extorsión? ¿Son antisemitas los judíos horrorizados por lo que se hace  en su nombre? ¿Son antisemitas los árabes, tan semitas como los judíos?  ¿Acaso no hay voces árabes que defienden la patria palestina y repudian el  manicomio fundamentalista?

 Los terroristas se parecen entre sí: los terroristas de Estado,  respetables hombres de gobierno, y los terroristas privados, que son locos sueltos  o locos organizados desde los tiempos de la Guerra Fría contra el  totalitarismo comunista. Y todos actúan en nombre de Dios, así se  llame Dios o Alá o Jehová. ¿Hasta cuándo seguiremos ignorando que todos los  terrorismos desprecian la vida humana y que todos se alimentan mutuamente? ¿No es  evidente que en esta guerra entre Israel y Hezbolá son civiles, libaneses,  palestinos, israelíes, quienes ponen los muertos? ¿No es evidente que  las guerras de Afganistán y de Irak y las invasiones de Gaza y del Líbano  son incubadoras del odio, que fabrican fanáticos en serie?

 Somos la única especie animal especializada en el exterminio mutuo.  Destinamos dos mil quinientos millones de dólares, cada día, a los  gastos militares. La miseria y la guerra son hijas del mismo papá: como  algunos dioses crueles, come a los vivos y a los muertos. ¿Hasta cuándo  seguiremos aceptando que este mundo enamorado de la muerte es nuestro único mundo  posible?

 

CARTA DE INTELECTUALES EN APOYO A VÍCTIMAS DE LA "BRUTALIDAD"

 Tariq Ali, John Berge, Noam Chomsky, Alexander Cockburn, Mahmoud Darwish, Richard Falk, Eduardo Galeano, Irene Gendzier, Charles Glass, Assaf Kfoury, Yitzhak Laor, Ken Loach, Harold Pinter, Tanya Reinhart, Arundhati Roy, Howard Zinn

El asalto israelí sobre Líbano, respaldado por Estados Unidos, ha dejado a ese país estupefacto, en llamas e iracundo. La matanza en Qana y la pérdida de vidas no fue sólo "desproporcionada". De acuerdo con las leyes internacionales existentes, se trató de un crimen de guerra.

La deliberada y sistemática destrucción de la infraestructura social de Líbano por parte de la fuerza aérea israelí es también un crimen de guerra, diseñado para reducir al país hasta convertirlo en un protectorado de Israel y de Estados Unidos.

Este intento resultó contraproducente; personas en todo el mundo miran horrorizados lo que ocurre. En el mismo Líbano, 87 por ciento de la población ahora apoya a la resistencia de Hamas, incluidos 80 por ciento de los cristianos y los drusos, al igual que 89 por ciento de los musulmanes sunitas, mientras que sólo 8 por ciento cree que Estados Unidos apoya a Líbano. Pero estas acciones no serán juzgadas en ninguna corte instalada por la "comunidad internacional" pues no lo permitirán Estados Unidos y sus aliados, que son quienes cometen estos atroces crímenes o son cómplices en los mismos.

Ahora ha quedado claro que el asalto sobre Líbano para eliminar a Hezbollah se preparó mucho tiempo atrás. Los crímenes de Israel recibieron la luz verde de Estados Unidos y de su siempre leal aliado británico, pese a la abrumadora oposición que Blair enfrenta en su propio país.

La breve paz que Líbano disfrutó ha tocado a su fin y este país paralizado es obligado a recordar un pasado que esperaba olvidar. El terror de Estado que se inflige a Líbano se ve reproducido en el ghetto de Gaza, mientras la "comunidad internacional" observa en silencio. Mientras tanto, el resto de Palestina es anexada y desmantelada con la participación directa de Estados Unidos y la aprobación tácita de sus aliados.

Ofrecemos nuestra solidaridad y nuestro apoyo a las víctimas de esta brutalidad y a aquellos que forman la resistencia a la misma. De nuestra parte, usaremos todos los medios a nuestra disposición para denunciar la complicidad de nuestros gobiernos en estos crímenes. No habrá paz en Medio Oriente mientras continúen las ocupaciones en Palestina e Irak, y sigan las pausas "temporales" en los bombardeos sobre Líbano.

 

http://www.jornada.unam.mx/2006/08/07/038n2mun.php

 

PALESTINA: UNA GUERRA CONTRA LOS NIÑOS
Por John Pilger

Arthur Miller escribió:" Pocos de entre nosotros tienen la facultad de aprehender esta idea que una sociedad pueda devenir insensata. La idea que pueda perder la cabeza y castigar a tantos inocentes es intolerable. Entonces todas las pruebas deben ser ocultadas."

La verdad enunciada por Miller devino realidad en la televisión el 9 de junio cuando naves de guerra israelitas dispararon sobre familias que hacían picknicks en una playa de Gaza, matando a siete personas, tres de ellas niños, y tres generaciones. Una acción tal apoyada por los EE.UU. e Israel, revela la solución final aplicada a los problemas palestinos. Mientras que los israelitas disparan misiles sobre picknickeantes palestinos y casas en Gaza y en Cisjordania, los dos gobiernos los matan. Las victimas son mayoritariamente niños.

Esta política fue aprobada el 23 de mayo por la Cámara de los Representantes USA, que votó 361 voces contra 37 la suspensión de las ayudas a las ONG que entregan los medios de sobrevivencia en los territorios ocupados. Israel retiene el dinero de los impuestos Palestinos que se elevan a 60 millones de dólares por mes. Un tal castigo colectivo, calificado por la Convención de Ginebra de crimen contra la humanidad, evoca el ahorcamiento de los Nazis del ghetto de Varsovia y el bloqueo económico instaurado por los EE.UU. contra Irak en los años 90. Si los autores de estos actos han perdido el espíritu, como lo sugiere Miller, parecen concientes de sus barbaries y muestran su cinismo. " La idea es la de poner a los palestinos a régimen" búrlose Dov Weisglass, consejero del Primer Ministro israelita, Ehud Olmert.

E aquí el precio que los palestinos deben pagar por sus elecciones democráticas, en enero. La mayoría votó por el partido "malo", Hamas, que los EE.UU. e Israel, con su inimitable dedicación a la ironía, califican de terrorista. Dicho esto, el terrorismo no es una excusa para hacer morir de hambre a los palestinos, cuyo primer ministro, Ismael Haniyeh, ha reiterado el compromiso del Hamas de reconocer el estado judío, a cambio de únicamente el respeto por Israel del derecho internacional y de las fronteras de 1967. Israel ha rechazado porque, con su muro de apartheid en curso de construcción, sus intenciones están claras: tomar el control de más y más territorio palestino, cercando pueblos enteros y eventualmente la ciudad de Jerusalén.

Israel teme al Hamas por que es improbable que el Hamas pueda convertirse en un instrumento para subyugar su propio pueblo a Israel. De hecho, el voto por el Hamas fue un voto por la Paz. Los Palestinos ya tenían suficiente de los fracasos y de la corrupción de la época de Arafat. Según el anterior presidente de los EE.UU., Jimmy Carter, cuyo Centro Carter supervisó la victoria electoral del Hamas, " los sondajes de opinión muestran que el 80% de los palestinos quieren la paz con Israel ".

Que ironía, si consideramos que la subida del Hamas es debida en buena parte al apoyo secreto de Israel quien, con los EE.UU. e Inglaterra, querían que los islamitas zapen la influencia los árabes laicos y sus sueños "moderados" de paz.

El Hamas rechazó jugar este juego maquiavélico y, a pesar de los asaltos de Israel, respetó el cese-al-fuego por 18 meses. El ataque israelita contra la playa de Gaza era claramente un intento de sabotear el cese-al-fuego. Una táctica calculada al minuto. A partir de entonces, un terror de estado bajo la forma de un sitio medieval será aplicado contra los débiles. Para los palestinos, una guerra contra sus niños no tiene nada nuevo. En 2004 un estudio sobre el terreno publicado por La British Medical Journal indicaba que, en el curso de cuatro años precedentes "dos tercios de 621 niños... asesinados ( por los israelitas) en los puntos de control...en los caminos a la escuela, en su terreno, fueron muertos por disparos de arma ligera, dirigidos por más de la mitad a la cabeza, el cuello, o el pecho - marca de un tirador de élite." Un cuarto de niños palestinos de menos de cinco años están gravemente o crónicamente subalimentados.

El muro israelita " apartará 97 clínicas y 11 hospitales de la población". El estudio describió " un hombre viviendo en un pueblo cercado cerca de Qalqilya que se acercó de un portal trayendo en sus brazos a su hija enferma de gravedad y que suplicó a los soldados dejarlo pasar para llevarla al hospital. Los soldados se negaron." En Gaza, desde entonces constituida en prisión al aire libre y aterrorizada por el pasaje de los aviones de combate israelitas, cerca de la mitad de la población tiene menos de 15 años. El doctor Khalid Dahlan, un psiquiatra que dirige un proyecto comunitario de cuidados para niños, me ha dicho," el numero estadístico que yo encuentro insostenible es el de los 99,4 % de los niños que hemos examinado que sufren de traumatismos ...99,2% han visto sus casas bombardeadas: 97,5% fueron expuestos a gases lacrimógenos; 96,6 % fueron testigos de disparos; un tercio vieron a miembros de sus familias o a vecinos heridos o asesinados."

Estos niños sufren pesadillas incesantes y " terrores nocturnos" y sufren de dicotomía para gerenciar su propia situación. Por un lado sueñan ser médicos o enfermeros "para poder ayudar a los otros" ; por otro lado, son invadidos por visiones apocalípticas de ellos mismos y se ven como la próxima generación de kamikazes. Es lo que sienten en cada ataque israelita. Para algunos varones, sus héroes no son jugadores de fútbol, sino una mezcla de "mártires" palestinos y de hasta enemigos "porque los soldados israelitas son los mas fuertes y tienen helicópteros apaches."

Castigar aun más estos niños sobrepasa quizás el entendimiento, pero no carece de una cierta lógica. Desde hace años, los palestinos lograron evitar la trampa de una guerra civil abierta, saben que eso es lo que Israel busca. La destrucción de su Gobierno elegido acompañado de una tentativa de crear una administración paralela alrededor del presidente Mahmoud Abbas, pudiera bien conducir, tal como lo formuló la universitaria de Oxford Karma Nabulsi, " una visión Hobessienne de una sociedad anárquica... dirigida por milicias desesperadas, pandillas, ideólogos religiosos y que hubiera caído en un tribalismo étnico y religioso, con colaboradores co-optados. Miren a Irak hoy: es eso lo que Ariel Sharon ha previsto para nosotros."

El combate llevado en Palestina es una guerra Norteamericana, conducida a partir de la mas poderosa base militar norteamericana en el extranjero, a saber Israel. En occidente estamos acondicionados para no pensar "en el conflicto" israelí-palestino en esos términos, así como estamos acondicionados a ver a los israelitas como víctimas, y no como invasores ilegales y brutales. Esto no quiere decir que hay que subestimar la brutalidad de las acciones del estado de Israel, pero sin los F-16, y los Apaches y los millares de dólares de los contribuyentes norteamericanos, haría ya bastante tiempo que Israel hubiera firmado la paz con los palestinos. Desde la segunda guerra mundial, los EE.UU. han dado a Israel 140 millones de dólares, una gran parte en armas. Según el Servicio de Investigaciones del Congreso, el mismo presupuesto "de ayuda" debía incluir 28 millones de dólares para " ayudar a los niños palestinos a sobrellevar el conflicto en curso" y suministrar " una ayuda de urgencia". Esta ayuda fue objeto de veto.

La comparación de Karma con Irak es sensata, ya que es la misma "política" que se lleva a cabo allá. La captura de Abu Musaib al. Zarqawi fue un maravilloso evento mediático: es lo que el filosofo Hannah Arendt llamaba "la propaganda bajo forma de acción" con un poco de efectos sobre la realidad. Los norteamericanos y sus aliados tienen su demonio - y hasta un juego video para hacer explotar su casa. La verdad es que Zarqawi es un gran parte su propia creación. Su muerte aparente juega un rol importante en la propaganda, para desviar la atención de los occidentales del objetivo de los norteamericanos de transformar a Irak, como a Palestina, en una sociedad impotente basada en un tribalismo étnico y religioso. Los escuadrones de la muerte, formados y entrenados por los veteranos de las guerras "anti-insurreccionales" en América central, juegan un rol esencial. Los comandos especiales de la policía, una creación de la CIA dirigidos por antiguos altos dirigentes de los servicios de inteligencia del Part Baas de Saddam Hussein, son quizás los mas brutales. La muerte de Zarqawi y los mitos sobre su verdadera importancia desvían también la atención de las masacres regularmente llevadas a cabo por la armada USA., como la de Haditha. Hasta el primer ministro fantoche Nouri al-Maliki se quejó que el comportamiento asesino de los soldados USA "son cotidianos" . Como aprendí en Vietnam, los norteamericanos llevan sus guerras coloniales bajo la forma de asesinatos en serie, oficialmente calificadas de "victimas".

Es lo que llamamos "pacificación" . El paralelo entre un Irak pacificado y una Palestina pacificada es evidente. Como en Palestina, la guerra en Irak es una guerra contra los civiles, niños en su mayoría. Según la UNICEF, Irak tenía entre los mejores indicadores de salud en lo que concierne los niños. En el presente, un cuarto de los niños de edad comprendida entre seis meses y cinco años sufren de subalimentación aguda o crónica, mucho más que cuando la época de las sanciones. Bajo la ocupación, la miseria y la enfermedad aumentan todos los días. En el mes de abril, en Bassorah, ocupada por la armada británica, la ONG europea Saving Children from War reveló: "La tasa de mortalidad de los jóvenes niños ha aumentado de 30 con respecto a la época de SaddamHussein." Mueren porque los hospitales no tienen ventiladores y el agua, que los británicos están cansados de haber reparado, está mas polucionada que nunca. Los niños son victimas de las bombas de fragmentación lanzadas por los norteamericanos y por los británicos. Juegan en sitios polucionados por el uranio empobrecido; a modo de comparación, debemos saber que los soldados británicos no se aventuran más que recubiertos con combinaciones anti-radiactivas, la cara cubierta, y con guantes. Contrariamente a los niños que ellos vinieron "a liberar", los soldados británicos están sometidos a lo que el Ministerio de la Defensa llama " un test biológico completo".

Tenía razón Miller? Será que nosotros nos "ocultamos" todo eso, u oímos voces lejanas? Durante mi ultimo viaje a Palestina, yo vi, saliendo de Gaza, el espectáculo de las banderas palestinas flotando al viento en el interior del muro. Son los niños. Nadie les dice de hacerlo. Fabrican mástiles con bastones que amarran juntos, y luego dos de ellos se encaraman sobre el muro y sostienen una bandera. Lo hacen porque creen que de este modo el mundo sabrá.

Traducido del francés por Mónica Chalbaud. 19.07.06
Gentileza de Michel Collon

 

volver arriba
copyright