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almejas al gratin

Piñera y el voto exterior en Chile

TESTIMONIOS DE VINCULADOS Y DESVINCULADOS

Viena, enero 2011

Y ahora, vamos a servirnos unas almejitas.
--¡Almejas!
--Las tengo preparadas –dijo con cierta picardía y abrió el horno donde las almejas sobre la lata se alineaban en perfecta formación.
--Las conchitas son chilenas –dijo enronqueciendo la voz.
--¡Chilenas!
--Sí, me las traje en mi último viaje.
Quedé medio turulato pues pensé cuántos años tendrían las almejitas y sólo atiné a decir: --Y...
--Bueno, las conchas son chilenas, pero la carnecita es tailandesa, el quesito parmesano. No vis que somos multi, güeon.
--O sea solamente la concha es chilena.
--Solamente las conchas son chilenas; después que las sirvo las lavo y las guardo. Y las vuelvo a usar, cachai. Así mantengo la chilenidad.
--Sí, sí claro.
--Tu ves, --dice y saca una almeja--. La conchita es la base,  la carnecita y el quesito son agregados.
Quedé impresionado. Evidentemente él estaba más vinculado que la cresta con Chile.
Era uno de mis amigos avecindado en Viena que visité para apreciar si teníamos vínculos con el país. Todo esto con motivo del envío por parte del gobierno al parlamento de las llamadas reformas políticas. Mi idea era conversar sobre el proyecto del gobierno de Piñera que legislará sobre el derecho a voto de los chilenos que vivimos en el extranjero. 
Como buen chileno me dejé caer a la hora del almuerzo.
Me recibieron cordialmente y antes de las almejitas me sirvieron como aperitivo un chilenazo “pisco sour”. Mi anfitrión comentó que el precio del pisco era abusivo.
--Se tiraron al chancho, los güeones –dijo con un dejo de rencor en la voz y en la mirada medio oblicua que dirigió hacia la nada.
--¿Cuánto pagaste? –pregunté.
--15 euros, si el wiski...
---¿Wiski?
--Es que ya ni sé como decirlo, porque ahora se puede wiski, güisqui o whisky. Los de la real academia son otros güeones. Pero bueno, el wiski o el ron cubano son más baratos que el pisco, po.
Tras pasar el trago amargo mi amigo comentó que había renovado su pasaporte.
--Nuevecito, te lo voy a mostrar –dijo y fue a buscarlo.
Lo miré y vi que en el documento incluyeron la figura de un moai. No pude contener mi indignación y le dije:
--¿Viste esto?
--Sí, un moai.
--Qué rufianes, qué desverguenza. Quienes gobiernan Chile roban todo. Hasta los signos de identidad...  entretanto maltratan a la población originaria de Rapa Nui. Las fotos de la reciente represión son...
--Además el proyecto del voto exterior que pretenden aprobar nos discrimina. Quieren que voten sólo los que tienen dinero. ¿Quién puede estar un año en Chile, aunque sea discontinuo, para poder votar?   
--El gobierno dice que así el chileno que vive en el extranjero probará que mantiene vínculos con Chile. Así votarán sólo los chilenos vinculados y no los desvinculados.
--¡Absurdo! los desvinculados por definición no participarán en ninguna elección.
En fin esta primera visita me mostró a una persona muy vinculada con el país.

Tuve dudas si visitar o no a la Rosaura. No la veía hacía tiempo y sé que es muy exigente y dura en las relaciones. Lo notable es que por encima del agobio laboral era y es una lectora insaciable.
Opté por visitarla para conversar sobre el voto exterior.
Me recibio cordial. Me sirvió sabrosos porotos con riendas.
Cuando bebiamos el té comenté lo del voto exterior y pregunté si firmaría una declaración exigiendo el derecho a votar sin condiciones.
--Me importa un comino el voto exterior—dijo con enojo.
--¡Cómo!
--No estoy para ese circo. No me interesa lo que hagan en Chile –dijo mientras yo miraba afiches y objetos chilenos colgados en la pared. Sobre algunas repisas se erguían  figuras de Quinchamalí.
--Por las idioteces de los políticos y la bajeza de los militares perdí mi patria. La única patria que reconozco son mis hijos. Y mis recuerdos que desempolvo de vez en cuando. Y esta mesa sobre la cual espero nunca me falte nada. Algo así escribió Bolaño y con él estoy de acuerdo. Todo lo demás son historias, en el peor sentido.
Tras una larga pausa pregunté:
--¿Y la chilenidad? ¿La unidad que se forja ahora en nuestro país?
--Me recuerdas a Pepe Rubianes cuando le preguntaron sobre la unidad de España.
Ignoraba quien era Pepe Rubianes y la escuché:
--Cuando al humorista y actor gallego catalán le preguntaron sobre la unidad de España dijo que se la metan por el puto culo a ver si les explota por delante y por detrás y le quedan los huevos colgando del campanario. 
Apenas pude entender las palabras finales pues ella se ahogaba no sé si de risa o llanto o de ambos.
Con los ojos llenos de lágrimas agregó que vio la representación de la obra “Lorca eran todos” dirigida por Rubianes. Un homenaje a los desaparecidos en España. ¿La representaron en Chile?—me preguntó inquisitiva
--Francamente no lo sé –dije.
--Yo aún no sé donde está mi marido. Que tengo yo que ver yo con esos güeones que legislan para que los chilenos del exterior votemos. ¿Los que nos expulsaron van a decidir si somos chilenos? Que se metan su voto exterior por donde mejor les quepa. Con esos crestones golpistas y asesinos potenciales ni a misa. Yo formo parte del Chile independiente y democrático –dijo rotunda Rosaura.
Al despedirme pensé que Rosaura era uno de aquellos chilenos desvinculados-vinculados que no figuran en las digresiones de los políticos.
Llegó exiliada en compañía de sus tres hijos pequeños. Su marido fue detenido y sigue desaparecido.
Tuvo un trabajo sacrificado; limpiar la municipalidad y otros edificios públicos cada dia desde las 6 de la mañana durante años. Logró salir adelante con muchas cicatrices.

Al día siguiente, en la tarde, fui a visitar a otra familia chilena. Sus hijos hablan el castellano y el alemán.
Me invitaron a tomar las 11 como a las 18.  Los saludé con afecto:
--¿Y cómo están? --pregunté.
--Reguleque –dijeron a coro y se rieron.
Esta familia me pareció muy informada.
Sirvieron nuestro clásico puré de paltas Hass.
Más tarde, antes de irse a la cama, los niños me dicen.
--Tío, ¿quieres que te cantemos?
--Por supuesto –dije.
--Vamos a poner un sidí –dijeron.
--¿Un cedé?
--No, tío, un sidí.
Cantaron el caballito blanco, arroz con leche y muchas otras...
--El sidí es chileno --dice mi amigo, me lo muestra.
Entretanto siguen las canciones hasta que irrumpe el tema “eran tres alpinos que venían de la guerra...”
Digo...
--No serán tres andinos.
--No, no, son alpinos...
--Pero putas si nosotros no tenemos Alpes sino Andes...
--Tenís razón, pero el sidí es chileno.
Sigue la canción y comento:
--Pero  aquí mueren todos, los alpinos, la princesa, el rey...
-- Sí, sí, pero el sidí es tan chileno como la Von Baer.
--¿Von Baer? qué anacronismo. Si acá prohibieron el uso de los “von”. Les recuerda un pasado ominoso.
-- En Chile pasan colaos y ellos quieren determinar qué chilenos del exterior pueden votar.
--Increíble...
--Leiste lo que escribió el Hermógenes sobre Piñera.
--No.
--Estamos repartiendo una edición pirata de la parte de su Autobiografía... donde relata los métodos políticos de Piñera.  
- ¿Entonces son ataques entre dos caimanes de la misma poza? como dice el Chávez.
--Sí, pero el Hermógenes está periclitado.
--Peri,  qué
--Declinante. Con Peña no tiene ninguna chance.
--Y supiste que quisieron o mandaron observadores a las elecciones en Venezuela.
--Quizas el Allamand quiso informarse sobre el voto exterior.
--¿Existe en Venezuela?
--Claro, también en Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, si nos remitimos a Sudamérica.

Abandoné a mis amigos y a Viena llorando a mares. No era para menos. Encontré  un sidí con canciones más viejas que la desaparecida  firma de los pollos Broiler. Con mi banderita chilena no pasó nada, la rosa con el clavel y el guatón loyola  me emocionaron, con mata de arrayán florido empecé a llorar y... volver a los 17, el negro José, doña Javiera Carrera, corazón de escarcha, puro llanto;  con un gorro de lana empecé a tirar pa arriba en la cordillera, voy a hacer un cigarrito me serenó, y bueno gracias a la vida, río, río, y, finalmente canto a todo pulmón junto a Gieco y las inolvidables Mercedes Sosa y María Elena Walsh...y canto mientras adelanto, canto, adelanto... rajado hacia el sur...

tantas veces me mataron
tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí resucitando
gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
por que me mato tan mal
y seguí cantando

cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

tantas veces me mataron
tantas desaparecí
y mi propio entierro fui solo llorando
hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé despues
que no era la única vez
y segui cantado
cantando al sol como la cigarra...

Miguel Gómez S.
Enero, 2011

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