El libro de quien fuera vocero de la Casa Blanca durante tres años, Scott McClellan, representa parte del epílogo de un gobierno y un presidente que se caracterizaron por imponer falsedades a su país y al mundo.
McClellan fue Secretario de Prensa de Bush entre el 2003 y el 2006 y publicó recientemente un libro titulado: “Lo que sucedió: en el corazón de la Casa Blanca de Bush y la cultura del engaño”.
El autor del engaño, el embuste, la mentira es, naturalmente, su jefe: George Bush.
El hombre de confianza del presidente norteamericano dice que Bush engañó a los estadounidenses a propósito de la guerra de Irak. Una guerra innecesaria, inútil, dice Scott McClellan y denuncia que Bush manipuló a los medios y los periodistas no cuestionaron las falsas informaciones.
Dice que el presidente norteamericano se valió de una sofisticada propaganda política para vender la guerra de Irak y que el presidente es incapaz de reconocer sus errores. Vive en las burbujas, dice el autor como última paletada.
Las burbujas del terrorismo mediático, pues primero Bush requirió producir temor con el engaño de que Irak contaba con armas de destrucción masiva. Y actualmente quiere dejar bien atado el petróleo de Irak a Estados Unidos. Como a fines de año vence el plazo de la ONU busca establecer un acuerdo que permita mantener una fuerza militar permanente que opere con impunidad y libertad para realizar operativos propios. La finalidad es asegurar el abastecimiento de combustible a USA. Irak sería una colonia que tendría como operador un gobierno títere en guerra eterna con quienes luchan contra las fuerzas invasoras.
Todo esto lo sabíamos quienes cuestionamos desde el primer momento la masacre de la población civil y la destrucción de un país. Este sitio de Internet nació debido a la indignación que sentí cuando los norteamericanos bombardearon Bagdad y otras ciudades.
Scott McClellan descubre ahora a un Bush periclitado como mentiroso.
Un legislador demócrata demandó un juicio político contra Bush por el engaño de que fue objeto la población norteamericana para iniciar y mantener la guerra en Irak.
La denuncia de McClellan tiene interés pues lo dice uno de los mismos vendedores de embustes.
El problema es que la industria de guerra de los Estados Unidos necesita funcionar. Sea con el gobierno republicano o demócrata. Clinton realizó la guerra contra Yugoeslavia, hasta destruirla. El reconocimiento de la independencia de Kosovo fue uno de los más recientes capítulos.
Por eso, para mí, Barack Obama es una incógnita, ya veremos qué hace si es electo presidente. En todo caso mi posición es que lo mejor es que EE.UU. no intervenga ni a favor ni en contra en ninguna parte del mundo.
¿La próxima guerra?
Una pregunta atingente al tema es ¿cuál será la próxima guerra que iniciará Estados Unidos?
Porque los estrategas norteamericanos declaran por escrito que este país tiene capacidad suficiente para mantener varias guerras regionales simultáneas.
América Latina está en el punto de mira. Se ven aprontes. El gobierno norteamericano declaró que Colombia es su aliado en el conflicto con Ecuador y Venezuela. La violación del territorio ecuatoriano por las tropas colombianas no fue condenada por Estados Unidos. La justificó con el pretexto del terrorismo.
Al gobierno le basta manipular los medios para ganarse a los norteamericanos para la próxima guerra. Tal como se hizo en relación con Irak, según las denuncias contenidas en el libro de McClellan.
Es suficiente establecer que los gobiernos de Ecuador y Venezuela apoyan el terrorismo para afianzar y fundamentar con propaganda los planes bélicos.
El entramado construido alrededor de las FARC, considerada fuerza terrorista por los EE.UU., esta dirigido a establecer los vínculos con los gobiernos señalados. Los supuestos archivos de Reyes están sobre la mesa mediática.
Es decir el libreto para vender esta guerra está escrito. Lo abonan y ponen en movimiento. Este escenario es elaborado por una razón muy simple: la existencia de Chávez y del petróleo en Venezuela.
Bolivia tiene también combustible. Y nadie puede pecar de ingenuo al no pensar que esas fuerzas políticas conservadoras, racistas y separatistas bolivianas son alentadas desde fuera. El conflicto con Estados Unidos está abierto.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha sido explicito al indicar que las FARC son la excusa norteamericana para amenazar. Ha dicho que la guerrilla pasó a la historia, y las FARC deben saber que se han convertido en una excusa del imperio para amenazar. El día que se haga la paz en Colombia se le acabó la excusa al imperio, la principal que tiene, declaró.
UNIDAD LATINOAMERICANA
Por eso los esfuerzos de mantener la unidad de América Latina, respetando las diferencias y aún los antagonismos, tienen una importancia extraordinaria.
La reciente reunión y firma del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) va en esa dirección.
En la formación de este organismo, como una meta estratégica, está presente la aspiración a la integración del continente. Como se dice crear un espacio integrado político, social, económico y ambiental.
Pues la política estadounidense representa desestabilizar el mundo, debilitar las garantías de las personas y establecer el control y la vigilancia por doquiera.
Todo esto dirigido por la batuta mundial del imperio donde la propaganda mediática juega un rol, en algunos casos, determinante. Ya vivimos en la sociedad de la información manipulada, SIM.
UNASUR está constituida por las repúblicas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uuruguay y Venezuela.
En el Preámbulo del Tratado Constitutivo de UNASUR se dice
“Apoyadas en la historia compartida y solidaria de nuestras naciones, multiétnicas, plurilingües y multiculturales, que han luchado por la emancipación y la unidad suramericana, honrando el pensamiento de quienes forjaron nuestra independencia y libertad a favor de esa unión y la construcción de un futuro común;
Inspiradas en las Declaraciones de Cusco (8 de diciembre de 2004), Brasilia (30 de septiembre de 2005) y Cochabamba (9 de diciembre de 2006);
Afirman su determinación de construir una identidad y ciudadanía suramericanas y desarrollar un espacio regional integrado en lo político, económico, social, cultural, ambiental, energético y de infraestructura, para contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe;
Convencidas de que la integración y la unión suramericanas son necesarias para avanzar en el desarrollo sostenible y el bienestar de nuestros pueblos, así como para contribuir a resolver los problemas que aún afectan a la región, como son la pobreza, la exclusión y la desigualdad social persistentes;
Seguras de que la integración es un paso decisivo hacia el fortalecimiento del multilateralismo y la vigencia del derecho en las relaciones internacionales para lograr un mundo multipolar, equilibrado y justo en el que prime la igualdad soberana de los Estados y una cultura de paz en un mundo libre de armas nucleares y de destrucción masiva;
Ratifican que tanto la integración como la unión suramericanas se fundan en los principios rectores de: irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los Estados; autodeterminación de los pueblos; solidaridad; cooperación; paz; democracia; participación ciudadana y pluralismo; derechos humanos universales, indivisibles e interdependientes; reducción de las asimetrías y armonía con la naturaleza para un desarrollo sostenible;
Entienden que la integración suramericana debe ser alcanzada a través de un proceso innovador, que incluya todos los logros y lo avanzado por los procesos de MERCOSUR y la CAN, así como la experiencia de Chile, Guyana y Suriname, yendo más allá de la convergencia de los mismos;
Conscientes de que este proceso de construcción de la integración y la unión suramericanas es ambicioso en sus objetivos estratégicos, que deberá ser flexible y gradual en su implementación, asegurando que cada Estado adquiera los compromisos según su realidad;
Ratifican que la plena vigencia de las instituciones democráticas y el respeto irrestricto de los derechos humanos son condiciones esenciales para la construcción de un futuro común de paz y prosperidad económica y social y el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Miembros; ”
Miguel Gómez S.
Mediados junio 2008
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