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Elecciones en Chile
SE REDUCE OPOSICION DE DERECHA; CRECE LA DE IZQUIERDA
Mi país / 12
el presidente Lagos votando

  

  La elección de alcaldes y consejales en nuestro país presentó dos componentes nuevos a considerar ante el gobierno del presidente Lagos: se redujo la oposición de la derecha, pero aumentó la oposición de izquierda.
La concertación de los partidos de gobierno ganó la elección, y ésta representó, antes que nada, una derrota para la derecha.
  Este conglomerado disminuyó sus fuerzas y las crónicas ansias presidenciales de Lavín se distanciaron de la realidad. La diferencia con los partidos de gobierno aumentó a un 10 por ciento.
  El más exacto reconocimiento del amargor de la derecha es el artículo de Hermógenes Pérez de Arce titulado Chile o el país ama a la izquierda, que augura hasta el retorno de Lagos después del próximo presidente concertacionista que debería ser electo el próximo año..
  Lavín sólo atinó a agarrarse del salvavidas de Alcaíno para celebrar la „victoria“ de la alcaldía de Santiago. Este salvavidas lo inflaron con demoledor entusiasmo Schaulsohn y el PPD, los cuales, con un voluntarismo pocas veces visto por su miopía, impusieron a este singular candidato.
  Lavín y su Alianza van directo al descenso. Le han echado la culpa al empedrado: el engaño de las encuestas, los „descolgaos“, la intervención del gobierno, mala gestión de sus alcaldes (en efecto), etc.
Lo cierto es que en lo formal el populismo derechista puede engañar sólo durante un cierto período; el eterno candidato Lavín es aburrido. Al circo repetido lavinista se suman las tensiones producto de diferencias entre la UDI y RN y antagonismos personales entre sus líderes. Piñera acecha. Y con razón, pues Lavín ya no garantiza nada.

  Además, mucha gente no puede sino vincular a la derecha con la masiva violación de los derechos humanos ejecutadas por la dictadura militar. Para gran parte del país está claro que cuando se unen los intelectuales civiles del terror con el sable su resultado es la matanza de gran parte de la población.
Tanto el informe Rettig sobre asesinatos y desapariciones como el actual Informe Valech sobre Prisión Política y Tortura muestran al país qué representa esa unión del sable y la derecha.
  De los testimonios de cerca de 35 mil chilenos que fueron sometidos a prisión política y tortura se establece la existencia de mil 200 centros de reclusión y tortura que operaron durante los 17 años de dictadura. No hay casos emblemáticos sino hubo un sistema de aniquilamiento por parte de la dictadura civil y militar.
Los casi 400 juicios que se realizan en los tribunales contra militares por hechos nefandos fueron estimulados por la derecha civil. Esta ha pretendido desmarcarse pero todo el mundo sabe que muchos de sus líderes son carne procesal y de presidio.
  La admisión del comandante en jefe del ejército, general Emilio Cheyre, sobre la responsabilidad institucional en las violaciones a los derechos humanos era ineludible. De los mil 200 centros de tortura, la gran mayoría fue operada por el Ejército.
  Y la exigencia actual es que se identifique a los torturadores y sean procesados. Es la única manera no de hablar del futuro, sino construir un futuro sin torturadores ni criminales.
En todo caso la posición del general Cheyre contrasta con la actitud de la UDI. Este partido y numerosos elementos de RN conformaron el estado mayor civil que promovió y organizó el sistema que produjo esas violaciones.
  La preocupación del presidente del Senado, Hernán Larraín, sobre cómo recuperar la unidad de los chilenos tiene como primera solución que la UDI se divorcie de su cinismo. Tengo en cuenta, por ejemplo, que el ex-ministro del interior de Pinochet, senador UDI, Sergio Fernandez, declaró que el gobierno (la dictadura) repudió cualquier apremio ilegítimo y que se dieron instrucciones para que se castigara a quienes lo cometieran. Una delcaración ni siquiera para manipulados.
Es muy claro: todos los políticos de la derecha comprometidos con Pinochet, en su política de Estado -que incluye asesinatos, desapariciones y torturas- no pueden distanciarse de la dictadura. Porque están metidos hasta las heces y deberían estar bajo proceso y/o encarcelados. ¡Y son senadores!

  El otro factor nuevo en las elecciones es el crecimiento de la llamada izquierda no parlamentaria que reúne a comunistas, humanistas, miristas, cristianos de izquierda, traperos de emaús y otros.
¿Cómo se explica este crecimiento? Bueno, Chile, bajo el gobierno del presidente Lagos, avanzó en la democratización, pero en la medida de lo posible, formulación tan cara al ex-presidente Aylwin, „Don Patricio“, cuya admirable habilidad política le permitió pasar de promotor del golpe de Estado del 73 a timonel del retorno a la democracia 17 años mas tarde.
  La política que mide cada día lo posible hace del gobierno de la concertación no un motor sino un pedal que avanza en la democratización a fuerza de presiones, especialmente de la izquierda no parlamentaria.
Nadie puede tener dudas de que el clima político en nuestro país ha mejorado. Se despiertan las fuerzas democratizadoras y esa vitalidad del país es evidente. Las estadisticas dicen que Chile tiene un producto „por persona“ que alcanza casi los 10 mil dólares.
Tenemos una de las mejores situaciones en América Latina, pero no fuimos ni seremos el integrante 16 de la Unión Europea como ligero y políticamente desubicado escribía Jorge Edwards. Los países europeos cuentan desde 17 mil para arriba.
  Pero las mismas estadísticas dicen que de cada 100 pesos producidos en Chile, el 20 por ciento más rico se apropia de 62 pesos, y al 20 por ciento más pobre le arrojan 3 pesos. Millones viven precarios, y el legendario derechista, Fernando Leniz, exige a las mujeres certificado de esterilización antes de firmar contrato con su empresa forestal.
  La denuncia y el llamado y/o la organización para la acción son las banderas de la izquierda extraparlamentaria que con su votación se convirtió en factor político nacional. Muy pocos pueden negar gran parte de su votación representa el apoyo a su irreductible posición en favor de la justicia y la reparación de las victimas de la dictadura.

  La Concertación se ha afianzado y lo más probable, si considero la actual situación, es que ganen las elecciones presidenciales del 2005. Este factor potencial tensionará aún más la carrera presidencial para la cual realizan precalentamiento las senoras Alvear y Bachelet, y los senores Frei, Flores, Zaldívar y otros que se ven ante el espejo cinéndose la banda presidencial.
  Estas ambiciones, „legítimas“ como dicen los profis, pueden afilar el debate y los antagonismos al interior del conglomerado. Lo que ya se advierte induce a pensar que el camino de la nominación del candidato presdidencial de la Concertación quede sembrado de cadáveres políticos.
También es posible que se produzcan cambios y que impere la „madurez política“ como también afirman los profesionales de esta tan sacrificada vocación, la del „servicio público“, pues.

Miguel Gomez S
mediados de noviembre, 04


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