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America latina / 4

MARIO VARGAS LLOSA TOCA
PARTITURA BUSH PARA BOLIVIA

 

Creo que la gran mayoría de los latinoamericanos nos alegramos de lo sucedido en Bolivia. La elección de Evo Morales como presidente de la república, con mayoría absoluta, es un hecho positivo. Por primera vez en la historia de ese país se forma un gobierno que representa a la mayoría indígena.
No se han alegrado Bush, ni las compañías saqueadoras de las riquezas, ni los corruptos racistas de ese país, y, por supuesto, tampoco el escritor, Mario Vargas Llosa.
Este escritor español de origen peruano es un caso de interés. Como muchos de nosotros latinoamericanos tiene cara de cholo, pero él reniega y ataca al recién electo presidente de Bolivia mediante manipulaciones variadas.
Esta posición de Vargas Llosa no debiera llamar la atención, pero sucede que en su peor fase de amargura, vejez y odio, se anticipa incluso a Bush. Es más papista que el Papa. Porque Bush, mientras por debajo conspira contra Evo Morales, al cabo de 43 días su equipo de pensadores decidió que lo saludara y felicitara.
Vargas Llosa antes de que asumiera Morales como presidente lo presumió culpable, lo procesó y condenó como trepador, manipulador, aristócrata sindical, etc. Es decir toca la partitura anti-boliviana con más furor que el propio Bush.
No sólo odio supura en un artículo publicado por La Nación de Buenos Aires; rencoroso porque no recibe el Premio Nóbel ha repetido la partitura norteamericana al descalificar a unos presidentes y halagar a otros.
Entre los primeros están Chávez y Evo Morales. Formarían parte de una izquierda racista, militarista y nacionalista. Entre los segundos nombra a Ricardo Lagos, Tabaré Vásquez y Lula da Silva. Estos formarían parte de una izquierda responsable y moderna.
Prestidigitador de la lengua, sin embargo manipula la palabra en forma primitiva para desarrollar el guión acerca del supuesto surgimiento del racismo al revés. El de los malos indígenas contra los pobrecitos blancos.
Vargas Llosa es escritor, pero no intelectual. Aparentemente aparece como crítico, supuestamente navegando contra la corriente, pero nada más fácil que insultar y enlodar a los indígenas de América Latina que es el sector más empobrecido y desvalido del continente. Incluso en Chile, cuyo gobierno tanto adula Vargas Llosa, los mapuches tienen los más elevados índices de pobreza.
Como todo asimilado a las culturas dominantes, aquellas que dispensan el poder, aunque no el Nóbel, Vargas Llosa es más papista que el Papa.
Porque el guión Bush no lo comparte ni siquiera la llamada por él “izquierda moderna”: el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, calificó de “grosero” el ataque de la Radio de la Conferencia Episcopal de España contra Evo Morales. Se declaró en contra de todo tipo de caricaturización de los gobernantes de América Latina. Afirmó que Chávez ha demostrado tener gran capacidad y fuerza política
La recién electa presidenta de Chile, Michelle Bachelet dijo que no está de acuerdo con buscar estereotipos o catalogar de una u otra manera a los gobernantes.
Bush y Vargas Llosa crean estereotipos y caricaturas para alimentar la maquinaria mediática que ese poder maneja y que ya se puso ya en marcha en contra de la refundación de Bolivia.
Como se sabe del estereotipo y la caricaturización, la infernal partitura Bush pasa después a la intervención militar y a los bombardeos que matan a mujeres y niños. Irak es el caso presente, un país sometido a la violencia de una guerra desatada con argumentos tan falsos como los que ya se esgrimen contra Chávez y Evo Morales.
Es tan grave e irresponsable lo escrito por Vargas Llosa que se puede afirmar que es una incitación si no a matar por lo menos a justificar un ataque contra Chávez o Evo Morales.
Muchos chilenos conocemos esta técnica. Demonizar al adversario para legitimar su muerte. Aún tenemos desaparecidos que atados a rieles fueron arrojados al océano; antes les abrieron los vientres con sus corvos.
He dicho que el asimilado es más papista que el Papa, se comporta peor que el colonizador. En el caso de Vargas Llosa este aserto se comprueba a la letra. El escritor dice que la elección de Evo Morales, su gira por Europa, sus vestimentas, su peinado elevaron el entusiasmo de la “izquierda boba” a “ extremos orgásmicos”.
Este es el lenguaje del señor Vargas Llosa. Así ventila el “éxtasis divino” del cual escribe con tanto entusiasmo y tacto el Papa Benedicto XVI en su reciente Encíclica sobre el amor: Deus Caritas Est.
En rigor, con el pretexto de denunciar el “racismo indígena” Vargas Llosa hace racismo tradicional el que en Europa cualquier cholo o mestizo, no privilegiado, puede comprobar a diario. El color y las vestimentas y el estereotipo dictan la sentencia.
Y mencioné lo del resentimiento por carecer del Nóbel porque apostaría que no ha atacado a esta Fundación que año tras año premia a esos escritores e intelectuales izquierdistas “bobos”.
Hagamos la prueba: escribamos en el buscador Google: Vargas Llosa ataca la Fundación Nóbel. Afirma que la Fundación integra las filas de los bobos de izquierda. Creo que no encontraríamos nada, quizás aún tenga la ilusión de la oportunidad.

EL ESTADO COLONIAL RACISTA

La estrategia del gobierno de Evo Morales es poner fin al Estado colonial racista que ha imperado en su país durante más de 500 años y modificar el modelo neoliberal que sume a la mayoría de los bolivianos en la pobreza.
Esta política interpreta no solamente a Bolivia sino a Latinoamérica y el Caribe. En cada uno de los países se manifiesta el racismo de origen colonial, con mayor o menor intensidad, y la imposición de políticas neoliberales que promueven la concentración del poder económico en minorías, normalmente corruptas, en tanto que las mayorías las sufren.
Millones de latinoamericanos apoyan los propósitos del primer presidente indígena de Bolivia. De los 16 ministros, 14 son indígenas. La tortilla se dio vuelta en Bolivia, el segundo país más pobre de nuestro continente.
Hay grandes esperanzas en Evo Morales, no por el hecho de creer que lo indígena sea la panacea, sino por el programa que se propone desarrollar ese gobierno. La simpatía natural hacia el nuevo gobierno democrático boliviano proviene de su condición indígena, siempre discriminada, oprimida y empobrecida por minorías racistas.

La victoria de Evo Morales se produjo en una fase en que en numerosos países latinoamericanos se han conquistado gobiernos de centro izquierda o de izquierda.
Lo central que une a estos gobiernos es el progresismo y, con matices variados, una actitud de valorar la región, de no estar, como el mexicano Fox, incondicionalmente con Bush.
Fox produce vergüenza latinoamericana. Tolerar que EE.UU. aplique sus propias leyes en México, es el colmo. Así sucedió cuando el Hotel Sheraton, presionado por Bush, aplicó en México leyes norteamericanos al expulsar a diplomáticos que sostenían un encuentro con empresarios norteamericanos. De ese neocolonialismo se trata. Y, naturalmente, de quienes son los instrumentos neocoloniales como Fox, ex representante de la Coca Cola en México, hoy presidente de ese país, Vargas Llosa y otros.
Como es natural existe una disputa ideológica en los gobiernos de centroizquierda y de izquierda en relación a cómo producir y conducir el desarrollo en nuestro continente. Pero a pesar de esas diferencias hay determinadas cuestiones políticas y/o económicas que los unen. La reciente Cumbre de las Américas, es un ejemplo: el presidente venezolano destacó las posiciones de Kirchner, Lula da Silva, Vásquez e incluso del presidente de Paraguay.

El gobierno de Bush tiene montada una maquinaria conspirativa en nuestro continente. El reciente caso de espionaje en Venezuela, el caso de los misiles en Bolivia, y la intención de vincular al gobierno de Venezuela con el terrorismo así lo indican. Además prepara una enésima ofensiva contra Cuba. La tendencia norteamericana es a intensificar sus provocaciones.
En la hora presente nada es más digno que estar contra la política de Bush. Es un honor defender cada gobierno que se opone a la política de este fundamentalismo conservador yanqui. Todas las actuaciones norteamericanas en suelo latinoamericano han producido deterioro, dolor, muerte. No ha habido dictadura que no hayan apoyado los supuestos exportadores de la democracia y la libertad. Por eso es tan valiosa la actitud pública de Belafonte o de Cindy Sheenan que representan la sensatez norteamericana, al calificar a Bush como el mayor terrorista del mundo.

OPORTUNDAD PARA CHILE Y BOLIVIA

Como chileno creo que la elección de Evo Morales en Bolivia y de Michelle Bachelet en Chile constituye una gran oportunidad para abrir camino a la solución del conflicto histórico que deteriora las relaciones entre ambos países.
Oportunidad para Chile para recuperar el acento regional latinoamericano perdido bajo la dictadura de Pinochet y durante los gobiernos de la Concertación que privilegiaron el entendimiento con EE.UU.
La recién electa presidenta de Chile ha afirmado que su gobierno dará prioridad a la integración regional. "Soy una mujer que entiende que lo mejor es una política de integración y cooperación, porque tenemos desafíos comunes y podemos trabajar estrechamente en los desafíos de cada país e internacionales", ha dicho.
Intenciones similares ha expuesto Evo Morales al declarar que tiene mucha confianza en el pueblo chileno, la comprensión de su Estado, para saldar o reparar ese tema histórico que tenemos pendiente. Hasta cuándo podemos seguir viviendo en enemistad dos países vecinos? se ha preguntado.
Estas declaraciones conforman un propósito que de mantenerse abre, una vez más, esperanzas de una solución al enclaustramiento boliviano cuyo pueblo tiene más necesidades solidarias que cualesquier otro, por ser el país más pobre del continente, después de Haití.
En el caso nuestro, el de Chile, puede ser una oportunidad para comenzar a hacer una de las principales tareas del Bicentenario: demoler la construcción racista y militarista de la identidad nacional.
Se trata de terminar con las celebraciones militares de batallas y guerras entre pueblos que tienen origen e historia comunes. No seguir destacando aquello que divide y despierta sentimientos nacionalistas irracionales.
Es hora de revisar esa construcción militarista pues el Ejército chileno se encuentra sumido en una crisis que se manifiesta en la corrupción y el crimen que fueron políticas institucionales durante el régimen militar conducido por Pinochet.
De ese modo se optaría por construir un destino que favorezca el desarrollo de ambos países. Ello significa buscar vías comunes y consensos para implementar soluciones.

Miguel Gómez S.
Mediados Febrero 2006

 

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