Sabiduría
lingual
Que cada vez más los presidentes
retraten sus emociones
porque pueden mirar la lejanía poética
con indefinición arrepentida
de lapsus linguae
morderse el labio inferior
introducir el habano
derramar lágrimas
inclinar la cabeza
alzarla con decisión divina
como antaño
y no golpear la mesa
sino bombardear
un par de países sospechosos
de una geografía malsana
para tranquilidad hormonal
y obsequio a los espectadores
de versiones no dudosas
de películas que durante décadas
conoce el mundo
y que en el tiempo de la cosecha
sólo requiere actuar
de acuerdo a guiones razonables