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Lee un capitulo de la novela PRENDE LA VELA MEMORIA MEZQUINA A FUTURO

 

 

MI HOMENAJE AL PRESIDENTE ALLENDE;

A 30 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO EN CHILE

ESPECIAL 11 DE SEPTIEMBRE

  Esta novela la hago pública ahora cuando se cumplen 30 años de la muerte del presidente constitucional, Salvador Allende G. producida por el golpe de Estado (11.9.1973) de Pinochet y Kissinger que partió al país, Chile, en bandos que todavía no se concilian. Porque hubo crueldad y barbarie excesiva, entremedio. Porque hay desverguenza entre muchos promotores civiles y ejecutores militares que no quieren, todavía, reconocerse.
Entrego „Prende la vela memoria mezquina a futuro“ a los de mi generación, con los cuales soñamos un mundo mejor, a los jóvenes para que conozcan una versión de esencias inicuas y de valores supremos, quiebres también, y a todos quienes tengan interés en conocer aspectos de la crisis que representa una dictadura, una guerra, una catástrofe política.
Hasta el último día de septiembre todo aquel que tenga interés pueda leerla directamente en esta página Internet o descargarla para su lectura privada o para regalarla. Se excluyen fines comerciales y cualquier medio puede, naturalmente mencionarla o publicar parte de su contenido, señalando autor y fuente.
Esta novela arrastra su vida desde hace más de 20 años, porque quise tener algunas certidumbres, entre otras, su validez de espíritu a pesar o por encima del tiempo. Sólo en los últimos años empecé a moverme para lograr su publicación.
Pero la novela no encontró todavía editor, por causas variadas, la principal es que he experimentado cambios: mi independiencia política me ha significado avanzar hacia una tardía intelectualización, muy valiosa, pero perdí partidos, capillas, referentes, relaciones publicas.
Prende la vela memoria mezquina a futuro“ es un homenaje a aquellos hombres y mujeres que, a pesar de Pinochet, se quedaron en el país en 1973 para combatirlo frontalmente, con medios políticos, bajo una dictadura armada hasta los dientes. Muy pocos sobrevivieron, soy uno de ellos, y siempre me sentí moralmente obligado a guardar estos recuerdos para presentarlos algún día. Hoy, 30 años más tarde, ha llegado.
Debo admitir que cuando he debido corregirla, leerla, nunca he podido evitar conmociones interiores, porque resurgen rostros, voces, conversaciones, de muchos companeras/os, amigos/as, con los cuales compartí ese período, en la clandestinidad, cuando el terror transitaba calles, caminos, campo y ciudad.
La gran mayoría de esas personas están todavía desaparecidas. Algunas son espíritus y cuerpos que conocí y traté entre 1973 y 1977, y que hoy, cuando se los quiere hacer desaparecer por segunda vez, las traigo a la memoria colectiva.
Y al evocarlas es imposible no destacar a ese factor subjetivo, integrado por organizaciones y personas, muchos parientes de los desaparecidos, que no han cejado en inyectar salud moral al país, pues es del todo evidente que mientras más denuncias, demandas y procesos se realicen, mejor futuro tendremos. Para que ningun chileno/a pueda sufrir la barbarie y el terrorismo del pasado.
Como me dijo un ex-preso político: cuando me empezaron a torturar lo primero que pensé es que ojalá nadie semejante a mí pase por este dolor, humillación, indignidad, ultraje. Esta formulación expresa lo que ya es patrimonio de la humanidad.
La novela no es histórica al estilo tradicional, es testimonio, es ficción, transporta esencias de versión de una verdad, la mía. Creo que así como en Europa hay un antes y un después de Auschwitz, en nuestro país hay también un antes y un después del 11 de septiembre de 1973.
Para todos los casos: si alguna persona sintiera la tentación de creerse aludido/a para menoscabo o consideración, estaría errada. Toda coincidencia con la realidad de aquellos tiempos es sólo presunta. Considero nombres, instituciones, organizaciones.
Finalmente les doy la bienvenida a las „Las ovejas blancas“que es uno de los innumerables ejemplos de que seguimos o volvemos a soñar un mundo mejor. No somos los mismos, es cierto, pero sí muy parecidos...

Miguel Gómez S
periodista chileno

agosto del 2 mil 3